En su mayor crecida en décadas, el Sena , que atraviesa París, llegó hasta los 6 metros y sigue subiendo. La capital francesa tuvo que cerrar varios museos, suspender la línea de trenes que corre paralela al río, y alertar a la gente que no se acerque a las zonas cercanas al cauce. Se espera que el nivel se mantenga durante todo el fin de semana y que comience a bajar recién durante el transcurso de la semana entrante. Ya pueden verse coches sumergidos en las cercanías del río y en la isla Saint-Louis, el parque de Vert Galan ha sido completamente tragado por las aguas.
El museo del Louvre junto con el de Orsay , situado en la otra orilla del Sena, tuvieron que ser cerrados al público. En la estación de metro Saint-Michel, en pleno Barrio Latino, los pasajeros ya no pueden tomar la línea que va hacia el norte (al otro lado del Sena), debido a las infiltraciones en los muros de la estación.
En el puente del Alma, la estatua de un guerrero zuavo que sirve de referencia a los parisinos para medir las crecidas del río, tenía este viernes el agua más arriba de las rodillas.
También hay varias regiones alemanas afectadas, numerosos sótanos quedaron inundados y los bomberos tuvieron que bombear agua, además de rescatar a diversas personas que quedaron atrapadas por las inundaciones.