La ciudad de La Plata es un Sube y Baja de emociones en el que Gimnasia y Estudiantes se sientan en las dos puntas. El Pincha salió campeón de todo el año pasado, mientras que el Lobo sufrió con una campaña para el olvido.

Empezó 2025 y las cosas parecían aún peor para el triperío: Estudiantes candidato, con un plantel de sueldos promedio de 60 mil dólares y Gimnasia perdiendo los tres primeros partidos, echando al DT y pagando sueldos que en promedio son 5 veces más bajos que EDLP.

A Juan Sebastián “Brujita” Verón, la cara se le ensanchaba de la sonrisa que le había dibujado el fabricante mundial de afeitadoras, Foster Gillett, prometiéndole 300 millones de ilusiones verdes para llevar a Estudiaaaa… a la cima del fútbol mundial y todo el mundo pincharrata lo apoyaba a ojos cerrados.

En cambio, a Mariano Cowen la realidad lo golpeaba feo. El Lobo caía en un pozo profundo, debió salir a buscar técnico nuevo en la tercera fecha, las redes estallaban en su contra, estrenó plateas altas con gran esfuerzo y lo criticaban por habilitarlas antes de tiempo y nadie reconocía sus logros económicos.

Sin embargo, entre un abrir y un cerrar de ojos (o de semana), la tortilla voló y cayó mostrando su otra cara. EDLP no pudo ganar en sus dos partidos de visitante, quedando por debajo de la enorme expectativa reinante en 1 y 55, algunos pases claves siguen sin sellarse y los millones de Foster siguen sin aparecer.

En cambio GELP vio inesperadamente la luz del final del túnel. Con DT interino (Fernando Zanirato), ganó el miércoles pasando de ronda en la Copa Argentina y el domingo clavó un 3-0 en su casa, con media cancha puteando de la CD.

A la salida del partido con Godoy Cruz, el triperío esperanzado volvió a renovarle el crédito a un Cowen que respiró luego de meses sin sacar la cabeza de abajo del agua. Las puteadas de dolor, se convirtieron en aplausos de ilusión. Así es el fútbol... solo hay que ganar.

Mientras Verón gastaba a su gusto, en las puertas del bosque platense, la fortuna que ingresó por los pases carísimos de varias de sus ex figuras en los últimos años, y amenazaba con privatizar a escondidas el club, nadie lo criticaba, porque La Brujita es ídolo, millonario y poderoso.

Más adentro, en pleno corazón del bosque, Cowen emprolijaba los desastrosos números que le dejó Pellegrino. Gimnasia pagó en dos años 9 de los 16 millones de dólares que heredó la actual CD, puso al día los atrasadísimos sueldos de jugadores, empleados del club y pagos a proveedores. 

Mariano Cowen no es ídolo de nadie, ni millonario, ni mucho menos poderoso. Lo puteaban porque el equipo perdió 3 partidos al hilo, pero Gimnasia está ordenado. Ahora le falta unirse detrás de grandes objetivos, que sólo se pueden conseguir con orden y unión, como hizo Estudiantes.