La creciente inseguridad en el barrio La Loma de La Plata ha llegado a un punto crítico. Un cartel con la frase "zona liberada, vecinos armados", colgado en la esquina de 29 y 37, refleja la impotencia y el hartazgo de los frentistas, que conviven con una ola de delitos sin soluciones concretas a la vista.

El robo a una vivienda en la misma cuadra, donde los ladrones arrancaron una ventana y se llevaron objetos de valor, es solo el último episodio que alimenta el miedo. Los antecedentes de inseguridad, desde ataques a plena luz del día hasta saqueos metódicos, completan un panorama desolador.

La falta de respuestas claras por parte de las autoridades ha dejado un vacío que los vecinos sienten con intensidad. El cartel, lejos de ser una simple advertencia, es un grito de desesperación. La comunidad, agotada por la ausencia de presencia policial efectiva, comienza a plantearse extremos, cuestionando hasta qué punto la seguridad puede depender solo de quienes deben garantizarla las medidas.