¿Sabes qué es la basorexia? Conoce todo sobre este comportamiento sexual

03-06-2022   Por: Primera Página

La basorexia es una parafilia (que significa un comportamiento de índole sexual) que detona las repentinas ganas de besar a una persona. El deseo es tan fuerte que incluso puede generar un orgasmo.

¿Cuáles son las señales?

Desde las conocidas mariposas en el estómago hasta una intensa sensación de ansiedad que te hace desear tener cerca a la otra persona, en específico , robarle un beso. Esta sensación puede ser tan abrumante que provoca un aumento de deseo sexual inmediato.

En la obesidad, solo se consigue alcanzar el orgasmo o la plenitud del acto sexual a través de los besos. Así, si no hay besos durante la práctica sexual, dicha persona tendrá una respuesta sexual negativa o inexistente (falta de deseo, por ejemplo). Sin besos no hay orgasmo.

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Tan importante es, que las personas que sufren de basoexia son incapaces de hallar un significado erótico o de índole sexual a la estimulación en cualquier parte del cuerpo (aún en las zonas consideradas más erógenas) si esta no va acompañada de besos.

La química del beso

Con un beso se activan hasta unos 30 músculos faciales, 17 de ellos relacionados con la lengua, se transfieren 9 miligramos de agua, otros 0,18 de sustancias orgánicas, 0,7 de materias grasas, 0,45 de sales minerales, además de millones de gérmenes, bacterias y microorganismos, y se queman, a lo largo de tres minutos, unas quince calorías.

De acuerdo con la consultora sexual británica Relate, la liberación de endorfinas, que se produce cada vez que juntamos nuestros labios con la pareja, combate el desánimo y evita caer en la depresión. Porque el beso, antes que nada, es placer.

Experiencia en la Universidad de Viena, Austria por Flora | Experiencia  Erasmus AT

La posición fisiológica de la boca hace que esta sea, de entre todos los órganos erógenos que tiene nuestro cuerpo, la que está situada más cerca del cerebro, el centro donde se producen las sensaciones y las emociones. Para tener una idea: las terminaciones nerviosas que se activan en el beso involucran el tamaño de un área cerebral, la que controla la boca, más grande que la relacionada con los genitales.

Según un estudio de la Universidad de Viena, cuando cerramos los ojos y fundimos nuestros labios con nuestra pareja en un abrazo apasionado, las pulsaciones cardiacas suben de 60 hasta 130 por minuto, se libera adrenalina, baja la tasa de colesterol y al intercambiarse bacterias, se refuerza el sistema inmunitario.