El Estado, que sostenemos con nuestros impuestos aquellos que trabajamos, está lleno de vagos que faltan una o dos veces por semana, que no cumplen sus horas reglamentarias, que atienden mal a quién tiene que hacer algún incómodo trámite y mil casos más. Al empleado público es más difícil echarlo que a la figura de Boca contra Aldosivi en la Bombonera.
Es obvio que no hablamos de todos, pero que hay muchos, demasiados; es una verdad escandalosa, visible e ignorada por las autoridades de todos los gobiernos que se suceden desde el regreso de la Democracia, hace ya 40 años. También la esconden miserablemente los sindicatos, que terminan defendiendo cosas increíbles en infinidad de oportunidades.
Hay una inversión estatal descomunal en planes sociales de todo tipo, para ayudar a las personas que no logran insertarse en la vida laboral activa. Allí, los intermediarios se han hecho millonarios y los receptores, los planeros consuetudinarios, se ha eternizado en esa condición de cómoda miseria militante. Se ha perpetuado un sistema nefasto de sostenimiento de la pobreza controlada.
Lo que ocurre en el resto de la sociedad, la que trabaja en changas, queda fuera del ojos de los dirigentes políticos, gremiales, empresariales y hasta religiosos; y es sensillamente inaceptable. Allí no llega nadie. Esa gente de recontra caga de hambre, buscando esa vida digna que la sociedad opaca e injusta en la que vivimos, les niega sistemáticamente.
En ese contexto, no es llamativo para muchos que existan casos como el de Carlos, que retrató muy bien el portal LaPlata1.com, que dirige el excelente colega Agustín Raimondo. Se trata de un joven discapacitado auditivo que pide desesperadamente trabajo. Se ofrece para diversas modalidades laborales, se las rebusca haciendo de todo, pero sigue siendo invisible a los ojos de un Estado elefántico y discriminador.
"Carlos es un joven de 23 años que utilizó las redes sociales para realizar su desesperado pedido: busca trabajo. Al respecto, contó que es sordo y que fue padre de una niña hace muy poco, y por eso es que busca trabajo de lo que sea", comienza realatando LaPlata1.com.
En ese sentido, manifestó que tiene experiencia como Albañil, Pintor y Carpintero. Asimismo, indicó: "He trabajado como ayudante de lo que sea, y además, estoy dispuesto aprender y esforzarme día a día".
Por otro lado, pese a los prejuicios, Carlos manifestó: "Soy una persona sorda, pero eso no me impide trabajar". Por lo tanto, resaltó que es "muy responsable, muy ordenado y con ganas de trabajar".
Carlos expresó que no tiene problemas de horarios, que cuenta con referencias reales y ratificó su pedido: "Por favor, lo necesito". Así es que dejó su número de contacto 2215604625, y recordó que por favor sólo le escriban por WhatsApp, no lo llamen porque no escucha.
Por último, hizo un llamado a la solidaridad debido a que está "triste" y que realmente tiene ganas de trabajar. "Si alguien sabe que puedo encontrar un trabajo, se lo agradecería muchísimo. Cualquier cosa desde ya avisenme, por favor y muchas gracias".
