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Muchos son los que imaginan vivir en un barco, yendo de playa en playa, abrazados por el sol y lejos de la monótona rutina que entregan las ciudades. Sin embargo, son pocos los que dejan sus planes de vida y se largan al mar, tal como lo hizo Fernando Zuccaro y su familia.
La familia platense adquirió la embarcación por 1.500 dólares y ahora viaja de puerto en puerto recorriendo el mundo en una travesía que siempre soñaron.
Este hombre, oriundo de La Plata, decidió comprar un barco por 1500 dólares y mudarse allí mismo, realizando todas sus actividades principales en el agua. "Navegué toda mi vida, siempre estuve en el agua, es lo que me gusta, lo que disfruto y lo que me de felicidad", contó y reveló los detalles de la aventura que comenzó hace ya 5 años.
La esposa de Fernando, Bárbara, es bióloga marina y durante muchos años trabajó como investigadora del CONICET. "En el 2016, se paró todo, no había mucho trabajo en mi rubro y Bárbara se cansó de que el organismo sea más político que científico, sabíamos que teníamos que tomar una decisión", recuerda el Gringo, como le dicen sus amigos, en diálogo con el diario La Nación.
Siguiendo su pasión, en el 2017 zarparon. "Lo malo de Argentina es que un día tenés un laburo y al otro día otro no, pero lo bueno es que aprendés a hacer cualquier cosa para sobrevivir", asegura Fernando. Su primer viaje lo hicieron junto a un grupo de argentinos que querían llegar a Florianópolis. "Empezamos a hacer de chárter, llevamos a personas de un lugar a otro, compartimos los gastos y así vamos recorriendo lugares", explica.
"Eso por un lado, después tuvimos unos alquileres que los dejamos por las dificultades de la ley y ahora tenemos una vida muy austera, vivir en el agua es barato, tenemos paneles solares, agua de lluvia, no compramos mucha ropa y es solo gastos para comer", explica respecto de su sustento económico.
Fernando y Bárbara tienen cinco hijos: "Clarita es itinerante, va y viene. Pablo y Mateo son grandes y ya hacen su vida y Aquiles y Juan viven con nosotros", explica Zuccaro y agrega que Juan sigue su educación con el sistema de formación en el Servicio de Educación a Distancia del Ejército Argentino (SEADEA) y, al mismo tiempo, acude a un colegio en Brasil.
"Para mi es natural estar tantos días en el mar, siempre preferí estar en el agua que en la tierra", asegura con convicción Fernando mientras recuerda el viaje más largo que realizó, en el que estuvo 72 días en el océano con su anterior barco.
Desde hace 5 años esta particular familia recorre mares, playas paradisíacas, pintorescos puertos y lugares a los que siempre habían querido viajar, viviendo la vida de sueño que siempre habían deseado.