Lo que debía ser una tarde de alegría e ilusión terminó en una gran decepción para varias familias platenses. Un grupo de padres y madres denunció haber sido víctima de una estafa luego de comprar entradas para un supuesto show infantil de “La Granja de Zenón” que nunca se realizó.
El evento, promocionado en redes sociales bajo el título “¿Quién es Beto?”, ofrecía funciones en distintas ciudades del país, con una página web y redes oficiales que aparentaban ser legítimas. Entre los engañados se encuentra Ramiro Abdala, vecino de La Plata, quien relató su experiencia al portal 0221.com.ar.
“Vi la publicidad hace un mes, parecía real. Compré dos entradas por $9.000 que incluían un supuesto meet and greet para llevar a mi hijo de dos años a ver a sus personajes favoritos”, contó Abdala. Sin embargo, el día del evento todo comenzó a parecer sospechoso.
La dirección impresa en las entradas –122 N°1605– no coincidía con ningún teatro ni sala conocida. Al buscarla en Google Maps, Ramiro descubrió que se trataba de una vivienda particular. Poco después, circuló un nuevo flyer que indicaba una ubicación distinta: el Club 19 de Noviembre, ubicado en 151 entre 59 y 60, en Los Hornos.
Al llegar al lugar, alrededor de las 17, se encontró con varias familias en la misma situación. “Apenas bajé del auto me avisaron que era una estafa. Me subí de nuevo y me fui”, contó. En el lugar había alrededor de 20 chicos con sus familias, muchos de ellos esperando con ilusión un show que nunca existió.
Ese mismo sábado, la página web donde se realizaba la venta de entradas ya no permitía nuevas compras y solo mostraba una imagen del supuesto espectáculo, sin enlaces ni detalles.
“Es muy triste. Había nenes esperando con entusiasmo en la puerta. Aunque mi hijo no entendió lo que pasaba, otros chicos sí estaban muy ilusionados. Por eso quiero contarlo, para que no le pase a nadie más”, expresó Ramiro, aún indignado por lo ocurrido.
Las familias afectadas evalúan hacer una denuncia colectiva. Mientras tanto, el caso pone en evidencia una vez más la vulnerabilidad de consumidores ante estafas digitales, especialmente cuando se juegan las emociones de los más chicos.