
Después de una buena corrida, sentís esa mezcla rara entre cansancio, hambre y la sensación de haberla roto. Pero… ¿y ahora qué? Comer cualquier cosa no va. Lo que metés en tu cuerpo en los primeros minutos después de entrenar puede definir si te recuperás bien o si al otro día estás como si te hubiera pasado un colectivo por encima. Por eso, si alguna vez te preguntaste qué conviene comer después de correr, quedate leyendo. Te lo contamos sin vueltas.
Spoiler: no es solo una cuestión de calorías.
Por qué importa lo que comés post-entrenamiento
Cuando corrés, rompés fibras musculares, vaciás tus reservas de energía y deshidratás el cuerpo. Comer después de correr sirve para reparar, recargar y prepararte para lo que viene. No comer bien después de entrenar retrasa la recuperación, baja el rendimiento y hasta puede aumentar el riesgo de lesiones.
Alimentos clave para una recuperación de verdad
Lo ideal es incluir los tres grandes grupos: proteínas, carbohidratos y grasas saludables. Te dejamos lo esencial para que lo entiendas sin vueltas:
¿Cuánta comida es suficiente?
Depende de cuánto corriste, tu peso y tus objetivos. Pero como guía general, apuntá a unas 300 a 450 calorías. Si hiciste fondo largo o intervalos intensos, capaz necesites más. Escuchá a tu cuerpo. Si te da hambre rápido, no lo ignores.
¿Y la hidratación?
Tomar agua es básico, pero si transpiraste mucho, agregá sales (tipo bebidas con electrolitos o un agua con limón y una pizca de sal). La idea es reponer lo que perdiste, no solo sacarte la sed.
Consejito extra para que no falles
Cociná de más y guardá en tuppers. Te salva.
Armá combos simples: pollo + arroz + palta / yogur con granola y frutos rojos.
Probá y ajustá: cada cuerpo es distinto. Lo que le sirve a uno, no siempre va con vos.
Comer después de correr no es un detalle menor. Elegir bien qué y cuánto comés en ese momento puede cambiar tu recuperación y cómo rendís en los próximos entrenamientos. Apostá a alimentos clave, prestá atención a la hidratación y escuchá a tu cuerpo.