Cirugía robótica con inteligencia artificial: el futuro ya llegó

¿Te imaginás que un robot te frene la mano en plena operación y te diga “¡Pará, ahí puede haber una arteria!”? Parece ciencia ficción, pero no: ese sería el próximo avance en cirugía robótica, según explicó el doctor Pablo Francisco Martínez, jefe del Servicio de Urología del Hospital Italiano de Buenos Aires.

Hoy, la cirugía robótica ya es parte de los quirófanos argentinos. En el Hospital Italiano, por ejemplo, se vienen haciendo desde 2008 y ya suman más de 2.400 intervenciones. Pero la inteligencia artificial está por darle una vuelta de rosca a todo esto.

Actualmente, el sistema más usado es el Da Vinci, un robot quirúrgico que traduce los movimientos del cirujano con una precisión milimétrica. Pero no se mueve solo: siempre hay un médico al mando. El robot, en ese caso, es como una extensión del cuerpo del cirujano, con visión 3D, pinzas ultra precisas y capacidad para operar en lugares muy reducidos.

Ahora bien, ¿dónde entra la inteligencia artificial en todo esto?

Lo que viene, según el doctor Martínez, es que el robot no solo siga las órdenes, sino que también piense. Con IA, podría reconocer situaciones de riesgo en tiempo real y advertirle al cirujano antes de que pase algo grave. Sería como una computadora que te pregunta si estás seguro de querer borrar un archivo… pero adentro del cuerpo humano.

Este tipo de avances busca mejorar la seguridad y reducir errores humanos. Y ya se están probando cosas parecidas en quirófanos argentinos. Por ejemplo, el mismo Hospital Italiano incorporó cirugía con realidad aumentada: los médicos usan unas gafas especiales que superponen imágenes 3D de tomografías y resonancias sobre el cuerpo del paciente. Así pueden ver tumores u órganos sin abrir de más.

Además de facilitar la cirugía, esta tecnología permite que médicos de distintos lugares trabajen en simultáneo, viendo lo mismo en tiempo real. Un golazo para la formación de nuevos profesionales y para resolver casos complejos.

La inteligencia artificial también está metiéndose en otros campos médicos. Por ejemplo, resumiendo artículos científicos para que los doctores puedan leer lo importante sin perder tiempo. “El que no la usa, pierde tiempo”, tiró Martínez.

Eso sí, no todo es color de rosas: la cirugía robótica sigue siendo cara. Los robots se importan y los insumos también. Por eso, muchas veces las obras sociales cubren solo la parte laparoscópica, y el paciente tiene que poner la diferencia. “Una operación puede costar 10 palos, y sumale otros 5 o 6 por el robot”, explicó el especialista.

Aprender a usar estos sistemas tampoco es fácil. Los cirujanos tienen que entrenar con simuladores, hacer cursos y pasar por al menos 30 cirugías supervisadas para dominar la técnica.

Hoy, la urología lleva la delantera en este terreno, pero ya se vienen sumando especialidades como ginecología y cirugía general. De hecho, el Italiano está por incorporar un segundo robot para ampliar el uso.

Entonces, ¿cuándo veremos robots que piensen en plena operación? No falta tanto. Y cuando llegue ese momento, la combinación de cirugía robótica e inteligencia artificial va a marcar un antes y un después en la medicina argentina. Eso sí, ojo: el que corta sigue siendo el médico. Por ahora.