
El fútbol argentino perdió a uno de sus máximos exponentes: Juan Ramón "La Bruja" Verón, emblema de Estudiantes de La Plata y figura clave en la conquista de la Copa Intercontinental de 1968, falleció a los 81 años. Su partida deja un vacío inmenso en el corazón del Pincha y en la historia del deporte nacional.
Nacido en La Plata el 17 de marzo de 1944, Verón debutó en Estudiantes en 1962. Sin embargo, fue bajo la dirección de Osvaldo Zubeldía que se consolidó como una pieza fundamental en el equipo que rompió con la hegemonía de los grandes del fútbol argentino. Con su habilidad, visión de juego y capacidad goleadora, "La Bruja" lideró al Pincha hacia la conquista del Metropolitano 1967, tres Copas Libertadores consecutivas (1968, 1969 y 1970) y la histórica Copa Intercontinental de 1968, donde marcó un gol en Old Trafford ante el Manchester United.
Su legado no solo se limita a los títulos. Verón fue el iniciador de una dinastía futbolística que continuó con su hijo, Juan Sebastián "La Brujita" Verón, y su nieto, Deian Verón. Ambos siguieron sus pasos en Estudiantes, llevando el apellido Verón a lo más alto del fútbol argentino.
Además de su paso por Estudiantes, Juan Ramón Verón brilló en el Panathinaikos de Grecia y en el Junior de Barranquilla, donde también dejó una huella imborrable. Su carrera como entrenador incluyó la dirección de la selección de Guatemala y roles como asesor deportivo en Estudiantes.
En sus tres etapas como jugador del Pincha, disputó 337 partidos y marcó 96 goles, ubicándose como el séptimo goleador histórico del club. Su influencia trascendió el campo de juego, siendo una figura central en la identidad y cultura de Estudiantes de La Plata.
La noticia de su fallecimiento generó una ola de homenajes y muestras de afecto en todo el país. El club Estudiantes expresó su profundo pesar y destacó su legado como "una leyenda eterna que vivirá por siempre en el corazón de cada hincha albirrojo".
Juan Ramón "La Bruja" Verón no solo fue un futbolista excepcional, sino también un símbolo de pasión, entrega y amor por la camiseta. Su historia es la de un hombre que, con la pelota en los pies, supo escribir las páginas más gloriosas del fútbol argentino.