
¿Sabías que el alcohol puede afectar tu cuerpo mucho más de lo que pensás, incluso si lo tomás "de vez en cuando"? El experto en longevidad, el biohacker y consultor estadounidense, Gary Brecka, asegura que no hay dosis segura. En un episodio de su podcast, explicó los efectos fisiológicos del alcohol y dio cinco trucos prácticos para reducir su consumo sin volverte loco. Pero antes de contarte cómo hacerlo, vas a querer saber qué pasa realmente en tu cuerpo después de una sola copa.
Aunque muchas veces se lo pinta como algo inofensivo o incluso relajante, el consumo de alcohol tiene un impacto real en tu salud física y mental. Según Gary Brecka, el alcohol deshidrata, baja tus defensas, y altera el sueño profundo, ese que necesitás para recuperar energías y rendir bien al día siguiente. Incluso en cantidades chicas, puede afectar la memoria, el estado de ánimo y tu sistema hormonal.
Uno de los efectos fisiológicos del alcohol más importantes es que interfiere con la producción de la hormona antidiurética. Eso hace que pierdas más agua al orinar y te deshidrates rápido. ¿Resultado? Te sentís cansado, irritable, y te cuesta concentrarte. Sí, eso pasa incluso con una cerveza.
A largo plazo, el panorama empeora: el alcohol se transforma en una sustancia tóxica llamada acetaldehído, que daña las células del hígado. Si tomás seguido, podés desarrollar hígado graso, inflamación y hasta cirrosis. Y ojo, porque también se lo relaciona con varios tipos de cáncer.
Entonces, ¿cómo se puede tomar menos sin dejar de disfrutar?
Los cinco trucos de Gary Brecka para reducir el consumo de alcohol
Cambiá el ritual: Si tomás para relajarte, buscá otra rutina que te dé el mismo efecto, como caminar, ducharte o escuchar música tranqui.
Ponete reglas simples: Un día sin alcohol por semana o no tomar solo. Son mini límites que hacen la diferencia.
Usá alternativas: Hay cervezas sin alcohol y tragos sin alcohol que están buenísimos. Probá agua con gas y lima, es clave.
Mantenete ocupado: Si estás al pedo, es más fácil caer en la tentación. Salí a caminar, hacé algo creativo o colgate con una serie.
Enfocate en cómo te sentís: Después de unos días sin alcohol, vas a dormir mejor, tener más energía y pensar más claro. Notarlo te va a motivar a seguir.
Según datos que compartió Brecka, el alcohol es una de las cinco principales causas de enfermedades crónicas en el mundo. Lo preocupante es que mucha gente no lo sabe, y sigue tomándolo como si fuera algo normal. Entender los efectos reales del alcohol puede ser el primer paso para hacer un cambio que te haga bien en serio.
Si alguna vez te preguntaste si vale la pena seguir tomando "un par" todos los fines de semana, tal vez sea momento de probar otra cosa. No hace falta que lo dejes por completo, pero bajar un cambio ya tiene beneficios.
Y ahora que sabés lo que pasa en tu cuerpo incluso con una copa… ¿te animás a probar cómo te sentís una semana sin alcohol?