
Muchos lo toman para arrancar el día, pero pocos saben a qué hora deberían dejar de tomarlo si quieren dormir bien. Lo que contó Marcos Vázquez sobre el café y el sueño dejó a más de uno pensando. Y lo mejor: tiene respaldo científico.
Durante años se discutió si el café es bueno o malo. Hoy la ciencia lo pone de aliado… pero con condiciones. Si te pasás de rosca o lo tomás a cualquier hora, puede ser más problema que solución.
Según Marcos Vázquez, experto en salud y creador de Fitness Revolucionario, el café puede mejorar la salud y hasta alargar la vida, pero si lo consumís mal, te arruina el descanso y no deja que el cuerpo aproveche sus beneficios.
Sí. El café tiene antioxidantes, ayuda a la concentración, protege el cerebro y el corazón. Hay estudios que lo relacionan con menor riesgo de Alzheimer, Parkinson y enfermedades cardiovasculares. Todo esto gracias a compuestos como los polifenoles y la cafeína.
Pero no es solo qué tomás, sino cuándo y cómo lo tomás.
Lo ideal es tomarlo a la mañana y hasta el mediodía. ¿Por qué? Porque si lo tomás más tarde, interfiere con el sueño. La cafeína queda en el cuerpo varias horas y, aunque no lo notes, puede hacer que duermas peor.
Marcos Vázquez cita estudios que dicen que quienes toman café solo por la mañana viven más que quienes lo toman todo el día. Y esto tiene sentido: dormir bien es clave para vivir más y mejor.
La recomendación es clara: mínimo nueve horas antes de dormir. O sea, si te acostás a las 23, la última taza tiene que ser a las 14. Esto lo dice un análisis publicado en Sleep Medicine Reviews.
Si sos sensible a la cafeína, el efecto es peor. Ahí podés optar por café descafeinado si querés seguir disfrutando el sabor sin que te saque el sueño.
Marcos Vázquez deja estos tres tips bien concretos:
Elegí café de calidad, preferentemente de especialidad.
No pases de 2 o 3 tazas por día.
Cortá el café al menos nueve horas antes de dormir.
No hace falta dejarlo si te gusta. Pero sí conviene ordenar el horario y la cantidad. Así disfrutás sus beneficios sin que te pase factura a la noche.
La clave está en conocer tu cuerpo y ajustar. No se trata de tomar más, sino de tomar mejor.