
¿Podés oler tu futuro? El título suena raro, pero es más literal de lo que imaginás. Investigaciones recientes muestran que tu sentido del olfato puede ser una señal temprana de cómo va a estar tu cerebro en unos años. Lo que parece un simple síntoma —como no distinguir olores— podría ser la primera alarma de enfermedades como el alzhéimer o el párkinson. Y lo más importante: ejercitar el olfato podría ayudarte a proteger la salud mental y retrasar el envejecimiento.
El olfato no es solo para disfrutar de una pizza caliente. Está directamente conectado a zonas del cerebro que manejan la memoria, las emociones y la orientación. Por eso, perderlo no es menor: puede avisar con años de anticipación si algo anda mal.
Según New Scientist, el deterioro del olfato no solo aparece junto a enfermedades neurológicas, sino que puede anticiparlas. El neurobiólogo Michael Leon, de la Universidad de California en Irvine, fue contundente: "A mediana edad, tu capacidad olfativa predice tu riesgo de morir por cualquier causa".
Aunque suene raro, sí: se puede entrenar el olfato. Y no hace falta nada sofisticado. Un método comprobado consiste en oler cuatro aromas distintos (como limón, clavo, rosa y eucalipto) todos los días durante unos minutos. Estudios del investigador Thomas Hummel, de la Universidad de Dresde, muestran que este ejercicio mejora la sensibilidad olfativa y puede incluso frenar el deterioro cognitivo.
Más de 18 estudios clínicos lo respaldan. Algunos incluso registraron cambios en el cerebro, como el crecimiento del hipocampo, que es clave para la memoria. En uno de los más sorprendentes, Michael Leon usó un dispositivo que libera aromas durante el sueño. ¿El resultado? Personas mayores mejoraron su memoria verbal en un 226% después de seis meses.
Históricamente se creyó que los humanos teníamos un olfato débil. Pero eso es falso. Un estudio de la Universidad Rockefeller demostró que podemos diferenciar hasta un billón de olores. Lo que pasa es que nunca le dimos importancia.
La psicóloga Anna Oleszkiewicz, de la Universidad de Breslavia, explica que este sentido se considera el menos útil, por eso casi nadie lo entrena. Pero esa idea está cambiando, sobre todo después del COVID, que dejó a millones con pérdida olfativa.
Porque el olfato también afecta tu estado de ánimo. Perderlo puede generar aislamiento y depresión. Al entrenarlo, no solo recuperás aromas: también mejorás tu bienestar general.
Si querés proteger la salud mental, retrasar el envejecimiento y mantener la cabeza afilada, empezá por lo más básico: oler mejor. Tu cerebro —y tu futuro— te lo van a agradecer.