
¿Sentís que después de almorzar te baja la energía y no podés concentrarte en nada? Eso que te pasa no es casualidad. Y lo más loco es que hay algo simple que puede cambiarte el día: una siesta. Pero ojo, no cualquier siesta. Acá te contamos qué pasa si dormís media hora a la tarde, cómo hacerlo bien y por qué es mucho más que “tirarte un rato”.
Lo vas a querer probar hoy mismo.
Sí. La siesta diaria no solo te ayuda a recargar pilas. Según Clínica Mayo, WebMD y la American Heart Association, trae beneficios principales para el cuerpo y la cabeza. Pero tiene que ser corta y en el momento justo. Si lo hacés bien, podés mejorar tu salud, tu humor y hasta tu rendimiento en el laburo o en el estudio.
Acá no hay humo. Estos son los cinco beneficios principales de tomarse una pausa a media tarde, siempre que no te duermas como tronco dos horas:
Relajación posta: Te baja el estrés y afloja la tensión del día.
Menos cansancio: Recuperás energía, sobre todo si dormiste mal la noche anterior.
Más concentración: Una siesta corta te deja más despierto y con mejor humor.
Mejor ánimo: Encás el resto del día con otra onda.
Cerebro más rápido: Pensás más claro, retenés mejor lo que aprendés y resolvés problemas más fácil.
Los especialistas coinciden: lo ideal es dormir media hora como mucho, y siempre antes de las 3 de la tarde. Si te pasás de ese horario o dormís demasiado, te levantás peor o te cuesta dormir a la noche.
Ponete alarma, buscá un lugar oscuro, tranquilo y fresco, y cerrá los ojos sabiendo que no es perder el tiempo. Es cuidarte.
No. La siesta diaria es un plus, no un reemplazo. Dormir bien de noche sigue siendo clave. Pero si un día venís medio flojo de sueño, esta pausa a media tarde puede marcar la diferencia. Según GQ, la siesta ayuda incluso a cuidar el corazón, si se suma a un buen descanso nocturno.
Muchos piensan que es “de vagos” o que no tienen tiempo. Pero la ciencia dice otra cosa: dormir media hora no solo no te frena, sino que te acelera. Mejora el humor, la memoria y hasta la creatividad. Y todo eso en solo treinta minutos.
Una siesta corta, en el momento justo, puede ser tu mejor aliada. Te hace rendir más, te pone de mejor humor y encima te cuida la salud. ¿La vas a seguir subestimando?
Ahora que sabés lo que ganás con una pausa a media tarde, ¿por qué no lo probás esta semana?