17/06/2025 - Edición Nº5218

Opinión

A 70 años de los bombardeos a Plaza de Mayo | VIDEOS

16/06/2025 15:45 | Oportuno y contundente artículo escrito por Antonio Arcuri, una de las plumas peronistas más iluminadas del momento.



Setenta años atrás, un jueves al mediodía, aviones de la Marina atacaron con bombas y metralla la Casa Rosada, Plaza de Mayo y sus alrededores, con el luctuoso saldo de casi 400 muertos y miles de heridos, argentinos que como cualquier día trabajaban, hacían trámites o simplemente pasaban en colectivos o autos por allí.

Militares y miembros de partidos políticos opositores planearon y ejecutaron uno de los más horrendos crímenes de los que tenga registro la historia argentina, cuando bombardearon población civil con la finalidad de matar a Juan Domingo Perón, por entonces en el ejercicio de la Presidencia de la Nación luego de ser elegido en elecciones democráticas.

El 16 de junio de 1955 marcó un antes y un después en la vida política del país, nunca antes se había producido semejante atrocidad. Las armas que debían estar a disposición de la defensa del país como manda la Constitución, se utilizaron en contra del Pueblo detrás del declamado objetivo de derrocar a un gobierno.

Los eventos nunca son aislados, la tragedia del bombardeo a la plaza estuvo motivada en razones originadas en una misma idea: revertir las conquistas laborales y sociales que el gobierno justicialista había convertido en derechos inalienables de los trabajadores.

Los golpistas buscaban restaurar estructuras políticas e ideas económicas que arrastraban a la Argentina a la indefensión, profundizando la dependencia y atentando claramente contra el desarrollo.

Los salvajes sucesos de junio del ’55 fueron el preludio del Golpe de Estado de septiembre de ese año, un hecho que marcó a fuego la vida institucional del país hasta 1983, cuando dejamos atrás los años oscuros de la dictadura y decidimos que la democracia sea el sistema de gobierno que resuelva las disputas y miradas sobre el destino político argentino.

Recordar lo vivido es indispensable para entender dónde estamos; recordar para evitar que el odio y el deseo de venganza nublen la razón y la humanidad; recordar para  decir Nunca Más a la violencia política; recordar para evitar que cada generación comience de nuevo, sin entender las lecciones, logros y padecimientos de las anteriores.