
El sábado pasado, delincuentes ingresaron al depósito de la firma Aloise, ubicado en 185 entre 520 y 521, y se llevaron $14 millones en efectivo que estaban dentro de un camión de reparto. El dinero quedó allí tras un regreso desde CABA debido a problemas técnicos en la caja fuerte que impidieron completar el traslado a la sucursal de La Plata.
Mientras tanto, un corte de energía afectó todo el predio, silenciando el sistema de videovigilancia. El apagón se prolongó durante varias horas, coincidencia con la que los ladrones activaron su plan.
La madrugada del domingo, un vigilador alertó por ruidos extraños, activando el protocolo habitual. Llegó un patrullero local, pero tras una revisión superficial, los uniformados comunicaron que "no encontraron nada irregular". Hasta el lunes por la mañana, nadie advirtió movimientos extraños ni faltantes.
Fue entonces cuando se constató el robo millonario. La demora en detectar el faltante —más de 36 horas después del hecho— plantea dudas sobre la eficiencia de la seguridad privada y la respuesta policial.
El apagón intencional o accidental se tornó pieza clave del atraco. Sin cámaras ni alarmas activas, los corredores quedaron expuestos al control delictivo. Fuentes extraoficiales señalan que los delincuentes habrían identificado en días previos esta vulnerabilidad.
Empresas de seguridad privada y policía local se encuentran en el centro del escándalo. En redes y portales, vecinos denuncian demoras en la atención y observan patrullajes irregulares durante fines de semana.
Desde fuentes judiciales se deslizan versiones sobre complicidad interna y posibles filtraciones. El fiscal a cargo deberá analizar, además de la pisada evidente de la firma, si hubo negligencia deliberada en el protocolo de revisión post-aviso.
Elemento | Detalles |
---|---|
Monto robado | $14 millones |
Lugar | Depósito Aloise, 185 entre 520 y 521, Melchor Romero |
Momento del asalto | Fin de semana, corte de luz en el predio |
Descubrimiento | Vigilador el domingo; robo detectado el lunes |
Modus operandi | Apagón, sistemas caídos, ingreso al depósito, saqueo nocturno |
En redes sociales circulan versiones de clonación de tarjetas, triangulación de suministros eléctricos y planos internos filtrados. Además, se rumorea que se habrían utilizado drones para monitorear el perímetro antes del robo: testigos en Facebook relatan luces extrañas la noche del asalto.
La estructura del golpe recuerda a un robo organizado, con roles bien definidos: saboteador eléctrico, guardia interno cómplice y ejecutores con conocimiento del predio.
Dueños de Aloise presionan para que se active una investigación federal con colaboración de la DDI La Plata, rechazando un sumario interno.
Sindicato de seguridad privada exige refuerzos en zonas críticas y supervisión estatal de prestadoras privadas.
Vecinos movilizados piden mayor presencia policial, patrullajes anti-delito y mejoras en iluminación pública.
En redes, se acusa a la policía bonaerense de ignorar alertas previas de robos en la zona, lo que presiona al Ministerio de Seguridad provincial.
El asalto en Melchor Romero puso al descubierto la vulnerabilidad de los esquemas de seguridad corporativos en la provincia, en especial cuando se combinan tecnología inestable, vigilancia privada deficiente y ausencia policial efectiva.
El caso Aloise, con antecedentes de robos multimillonarios y método evolucionado, revela una roca criminal que opera con visos de impunidad, aprovechando grietas en sistemas tanto privados como públicos.
La pelota ahora está en la cancha judicial y política provincial. La justicia deberá determinar si hubo negligencia deliberada, complicidad interna o si, directamente, el sistema de seguridad bonaerense no está a la altura de los desafíos del delito moderno.