Ejercicio después de comer: ¿sí o no? Qué dice la especialista Nicolette Pace

¿Alguna vez te preguntaste si es bueno hacer ejercicio después de comer? Seguro que sí. Muchos dudamos si salir a movernos justo después de una comida puede ser bueno o terminar generando malestar. La verdad no es tan simple, pero acá te vamos a contar todo lo que necesitás saber para moverte bien y cuidar tu cuerpo.

Primero, ojo: no cualquier tipo de actividad física sirve después de una comida. Según la nutricionista Nicolette Pace, hacer actividad física ligera después de comer puede ser incluso beneficioso. Pero, ¿qué significa actividad ligera? Caminar tranquilamente es uno de los mejores ejemplos.

¿Por qué caminar tranqui después de comer? Porque ese tipo de movimiento suave ayuda a que el cuerpo use mejor la insulina, que es la hormona que regula el azúcar en sangre. Así, el cuerpo aprovecha mejor la energía de la comida y evita acumular grasa innecesaria. Además, caminar despacito mejora la digestión y ayuda a que no te sientas pesado o hinchado.

Ahora, si te ponés a correr o hacer ejercicios pesados enseguida, ahí la cosa cambia. Los expertos advierten que el ejercicio intenso después de comer puede generar calambres, malestar estomacal y hasta problemas digestivos. Esto pasa porque tu cuerpo está enviando sangre a tu estómago para hacer la digestión, y al hacer ejercicio fuerte, esa sangre se va a los músculos, dificultando el proceso. Por eso, si querés hacer un entrenamiento intenso, lo mejor es esperar al menos media hora o hasta una hora después de una comida abundante.

En resumen, si tenés ganas de moverte justo después de comer, lo ideal es optar por actividades suaves, como caminar tranquilamente. Esto no solo te ayuda a mantenerte activo sino que también mejora tu bienestar general y la forma en que tu cuerpo procesa los nutrientes.

Por último, la especialista Nicolette Pace recomienda escuchar a tu cuerpo. Si te sentís incómodo o con ganas de descansar, no te fuerces. Cada cuerpo es distinto y la clave está en encontrar la rutina que mejor te funcione, sin perder de vista el cuidado digestivo.

Así que la próxima vez que te preguntes si podés hacer ejercicio después de comer, recordá: caminar tranquilo es un sí rotundo. Y para entrenamientos más exigentes, mejor esperar un rato y dejar que tu cuerpo haga la digestión con calma.