
El debut de River en el Mundial de Clubes no solo dejó un resultado favorable para el equipo dirigido por Marcelo Gallardo, sino que también abrió una inesperada polémica por un gesto que, a los ojos de muchos, resultó provocador. Marius Høibråten, capitán del Urawa Red Diamonds, omitió el tradicional saludo previo al inicio del partido y desató el malestar tanto en los futbolistas argentinos como en la hinchada millonaria.
Høibråten, capitán de Urawa Red Diamonds, pasó por delante de los jugadores de River Plate sin darles la mano 😳@FIFACWC | Todos los partidos gratis en https://t.co/yWCWbevPop | #FIFACWC #TakeItToTheWorld pic.twitter.com/zIrHnGgen8
— DAZN Fútbol (@DAZNFutbol) June 17, 2025
Durante la ceremonia inicial, el defensor noruego no estrechó la mano de ninguno de los jugadores de River. Caminó directamente hacia el árbitro Felix Zwayer y evitó cualquier tipo de contacto visual con sus rivales. La reacción fue inmediata: jugadores como Germán Pezzella y Gonzalo Montiel, ubicados al final de la fila, le dedicaron miradas de claro disgusto. La escena no pasó desapercibida para el público ni para los medios, que rápidamente interpretaron el gesto como una falta de respeto.
Las críticas en redes sociales se multiplicaron y el episodio tomó tal relevancia que el propio Høibråten decidió aclarar la situación públicamente. A través de un comunicado en su cuenta de Instagram, el defensor explicó que se trató de una confusión producto de la dinámica del protocolo de ese partido. “Olvidé hacer el apretón de manos porque la configuración era nueva. Estaba confundido y en mi zona y no entendía que se suponía que debíamos hacerlo”, escribió. Además, aseguró que su actitud no fue deliberada: “Parece que no me importas ni tú ni los jugadores. Esta nunca fue mi intención”.
El noruego también reveló que pidió disculpas directamente a los futbolistas de River en el vestuario tras el partido. En su mensaje, además de reconocer el error, felicitó al equipo argentino por la victoria y les deseó lo mejor para el resto de la competencia.
El partido también dejó a Høibråten como protagonista involuntario del segundo gol millonario. En una jugada desafortunada, intentó peinar la pelota hacia su arquero Shusaku Nishikawa, pero su acción careció de fuerza y precisión, lo que permitió a Sebastián Driussi anticiparse, marcar el gol y luego sufrir una dura lesión en el tobillo que lo marginará del resto del torneo.
El incidente con el saludo, sumado a su responsabilidad en el gol, marcó una jornada difícil para el defensor de Urawa Red Diamonds. Aunque el pedido de disculpas fue bien recibido, quedó claro que en este tipo de competencias cada detalle, incluso los gestos protocolares, tienen un peso simbólico y emocional que no debe subestimarse.