
¿Alguna vez te preguntaste qué hay detrás de esa icónica película que revolucionó el cine de terror? Hace 50 años, en junio de 1975, Steven Spielberg estrenó Tiburón, una historia que sigue atrapando y generando debate. Pero ojo, porque esta película es mucho más que un simple film de terror con un tiburón asesino. ¿Sabés por qué sigue siendo tan especial y qué la hace diferente? Vamos a descubrirlo juntos.
Tiburón no es solo una historia de miedo. En la pintoresca Amity Island, un enorme tiburón blanco empieza a aterrorizar a los habitantes y turistas, poniendo en jaque la tranquilidad del pueblo. El jefe de policía, Brody, junto con un biólogo marino y un cazador de tiburones, intentan cazar al monstruo. Pero lo más interesante es cómo se hizo esta película y qué representa.
Steven Spielberg, con solo 27 años, estaba dirigiendo una superproducción que casi se vuelve un desastre. Los tiburones mecánicos fallaban, los barcos se hundían, y el presupuesto explotaba. ¿Sabés qué hizo? Apostó a la intriga, al misterio y al miedo psicológico. Apenas muestra al tiburón y utiliza su perspectiva para que el público sienta que está dentro del agua, mirando a sus víctimas. Esa técnica te mantiene pegado a la pantalla, porque aunque casi no ves al tiburón, sentís que está ahí, acechando.
A 50 años del estreno, Tiburón sigue siendo un clásico porque su héroe, el jefe de policía Brody, representa al “hombre común” que enfrenta el peligro. No es un súper héroe, sino alguien con miedo, defectos, pero con coraje para proteger a su familia y a su comunidad. Esto fue muy importante en una época marcada por desconfianza y escándalos políticos.
Además, la película muestra a Amity Island como un lugar donde no solo el tiburón es peligroso, sino también la gente: el alcalde, los periodistas y los lugareños tienen sus propios intereses, a veces más oscuros que el propio animal. El tiburón no es solo una bestia, es casi una metáfora de algo más grande, un castigo o venganza natural.
Aunque hoy los tiburones están más protegidos y su población cayó un 70% en el mundo, la película nos recuerda ese miedo primitivo al océano y a sus misterios. Pero también nos invita a pensar en el respeto hacia estos animales y su lugar en la naturaleza.
En definitiva, a 50 años, Tiburón sigue siendo una película que te atrapa, no solo por sus escenas de tensión, sino por la historia humana y social que cuenta. Así que si no la viste o querés recordarla, date el gusto. Y cuando escuches esa música inconfundible, ya sabés: algo grande está por pasar.