
¿Por qué algunas personas con dolor de espalda mejoran más rápido que otras? Un nuevo estudio podría tener la respuesta, y todo empieza con algo tan simple como el agua. Pero no es cualquier chapuzón: lo que descubrieron cambia la forma de tratar el dolor lumbar crónico.
Un equipo de la Universidad Concordia, en Canadá, investigó los efectos de la hidroterapia –una técnica que usa el agua como medio para hacer ejercicios terapéuticos– y sus beneficios para personas con dolor persistente en la zona baja de la espalda.
La hidroterapia, o terapia acuática, se basa en realizar movimientos dentro del agua. Esto reduce el peso que soporta tu cuerpo, haciendo más fácil moverse sin dolor. Según Cleveland Clinic, se trata de una práctica efectiva para aliviar síntomas como la rigidez articular y los dolores musculares.
En este estudio, los investigadores dividieron a 34 personas con dolor lumbar crónico en dos grupos: uno hizo ejercicios en el agua y el otro recibió el tratamiento convencional. Ambos asistieron dos veces por semana durante diez semanas, pero los resultados fueron distintos.
Los que hicieron ejercicios acuáticos no solo fortalecieron los músculos de la espalda, también:
Redujeron el miedo al dolor
Mejoraron su calidad de sueño
Aumentaron su calidad de vida
Disminuyeron síntomas de ansiedad y depresión
Esto es clave, porque muchas veces el miedo al dolor hace que la gente evite moverse, y eso empeora todo.
Además, las imágenes por resonancia magnética mostraron que el grupo acuático logró aumentar el tamaño del músculo multífido, uno de los más importantes para fortalecer la columna.
En el agua, tu cuerpo flota. Eso significa que tus articulaciones y columna no tienen que soportar todo el peso, así que podés moverte con más libertad y sin miedo. Los ejercicios incluyeron progresiones adaptadas para cada persona, usando elementos como mancuernas o bandas elásticas, todo en un entorno sin impacto.
Este entorno favorece que las personas se animen a seguir el tratamiento, algo que no siempre pasa con otros métodos que generan molestias.
Un dato clave: quienes hicieron hidroterapia también mejoraron su descanso. Dormir mejor es fundamental para recuperarse, porque el mal descanso alimenta el dolor y el estrés.
Entonces, si venís lidiando con dolor de espalda o te cuesta moverte sin molestias, quizás sea hora de considerar el agua como aliada. No reemplaza al médico, pero sí puede ser una herramienta útil dentro de un plan supervisado.