
Si estás pensando en dejar la carne o sumar más plantas a tu plato, es probable que te estés preguntando: “¿Voy a comer bien?” o peor aún, “¿No me va a faltar nada?”. Tranquilo, no sos el único. Muchos piensan que una dieta vegetariana es aburrida, difícil o limitada. Pero ¿y si te dijéramos que puede ser todo lo contrario?
A lo largo de esta nota te vamos a mostrar por qué ser vegetariano puede ser una forma simple, rica y completa de alimentarte. Pero primero, una pregunta que tal vez no te dejás de hacer...
No. Si armás tus comidas con algo de estrategia, no te va a faltar nada. Las proteínas están en las legumbres, los cereales integrales, los frutos secos, las semillas, el tofu, los huevos y hasta en las verduras (sí, aunque no lo parezca). Por ejemplo, un buen plato de lentejas con arroz y un huevo tiene más proteína de la que pensás. Y encima es barato.
Para empezar, apostá a lo fácil:
Verduras: brócoli, zapallo, morrón, coliflor, espinaca, lo que más te guste. Congeladas también sirven.
Cereales: avena, arroz integral, quinoa, fideos.
Proteína vegetal: lentejas, garbanzos, porotos, tofu, huevos si los comés.
Extras que suman: semillas (chía, lino), frutos secos, aceite de oliva, levadura nutricional, leche vegetal fortificada.
¿Querés una fórmula básica para no complicarte? Pensá tu plato como una base de cereal, dos o tres verduras, una proteína vegetal y una salsa rica. Listo.
Armar un plato vegetariano no tiene por qué llevarte una hora. Si un día estás con fiaca, hacé lo siguiente:
Tostá unas verduras al horno o saltealas.
Herví arroz o fideos.
Sumale legumbres de lata.
Poné un toque de aceite de oliva, limón, condimentos y listo.
Más fácil que pedir delivery.
Hay dos o tres cosas a tener en cuenta si vas a dejar los productos animales por completo:
Vitamina B12: no está en los vegetales, así que vas a necesitar un suplemento o alimentos fortificados (como algunas leches vegetales o cereales).
Hierro y calcio: los tenés en legumbres, hojas verdes y cereales integrales. El truco es comerlos con algo rico en vitamina C (como tomate o naranja) para absorber mejor el hierro.
Grasas buenas: las encontrás en el aceite, el palta, las nueces, semillas y lácteos si los consumís.
Sí, si armás platos con buena cantidad de fibra y macronutrientes. No te limites a comer solo ensaladas. Comé legumbres, cereales, verduras cocidas, y no le tengas miedo a un snack entre comidas si te da hambre. Comer más seguido también es una opción válida.
La evidencia dice que sí. Puede ayudarte a bajar el colesterol, mejorar la presión y reducir la inflamación. Pero no hace falta volverte 100% vegetariano de un día para el otro. Empezá de a poco: cambiá la carne por legumbres una o dos veces por semana. Vas a notar la diferencia.