

¿Querés preparar algo distinto, casero y con maíz, pero no sabés por dónde arrancar? Hay una versión de chipa guazú que no solo es fácil, sino que además queda súper húmeda, cremosa y lista en menos de una hora. La clave: un ingrediente que tenés en la heladera y capaz ni sabías que funcionaba tan bien en esta receta.
Si alguna vez probaste una chipa guazú tradicional, seguro te acordás de ese sabor dulzón del maíz fresco, mezclado con el queso derretido y el olorcito a horno. Es un clásico del litoral y Paraguay, pero que cada vez gana más espacio en las mesas argentinas.
Ahora bien, ¿qué pasa si no tenés horno de barro ni querés complicarte rallando choclo? Acá te contamos cómo hacer una versión más simple, usando queso crema para lograr esa textura suave que se derrite en la boca.
La chipa guazú es un pastel salado que se hace con granos de choclo, cebolla, huevos y mucho queso. Se sirve como guarnición, plato principal o incluso para un picnic. Es sin gluten, rendidora, y se come caliente o fría.
La diferencia en esta receta está en el queso crema. Con solo agregar un par de cucharadas, el pastel sale mucho más húmedo y liviano, sin perder el sabor original del maíz fresco. Y lo mejor: te ahorrás tiempo y pasos.
500 g de choclo (fresco, congelado o en lata)
1 cebolla mediana
2 cdas de manteca o aceite
3 huevos
100 g de queso crema
150 g de queso cremoso (tipo cuartirolo o mozzarella)
½ taza de leche
Sal y pimienta a gusto
Opcional: ½ cdita de polvo de hornear para que quede más esponjoso
Precalentá el horno a 180 °C.
Picá la cebolla chiquita y salteala en manteca o aceite hasta que quede transparente.
En un bol, batí los huevos con la leche y sumá el queso crema. Mezclá bien.
Agregá el choclo y la cebolla salteada.
Sumá el queso cremoso en cubitos, sal, pimienta y el polvo de hornear si querés.
Volcá todo en una fuente enmantecada.
Horneá por 25 minutos o hasta que esté doradita por arriba.
Dejá enfriar un toque antes de cortar.
Sí. En heladera te dura hasta 4 días, bien tapada. Y si te sobró, podés congelarla por hasta 2 meses. Para recalentar, horno o microondas. No pierde ni el sabor ni la textura.
Si querés una versión más rústica, podés usar maíz fresco de espiga. Si preferís lo práctico, el choclo en lata o congelado también va perfecto. Lo importante es que elijas ingredientes que te gusten y que te animes a probar.
¿La vas a hacer sola o con alguien? Cuidado, porque una vez que la prueban, te la van a pedir siempre.