viernes 4 de julio de 2025 - Edición Nº5211

Policiales | 6 Jul

Se fue a hacer un baño de crema y terminó con cicatrices para toda la vida

¿Qué pasó en esa peluquería de Almagro y por qué ahora deben pagarle una indemnización de 11 millones de pesos?


¿Qué pasó en esa peluquería de Almagro y por qué ahora deben pagarle una indemnización de 11 millones de pesos? Lo que parecía una visita más al salón “Stylo Chic” terminó en una pesadilla judicial que hoy tiene una resolución clave: la Cámara Nacional en lo Civil confirmó una millonaria condena contra los responsables.

Todo comenzó en julio de 2019, cuando una nena de 12 años fue a hacerse un tratamiento capilar. Mientras le aplicaban un baño de crema, uno de los empleados, siguiendo instrucciones de la dueña, colocó un secador de pie sobre su cabeza. El aparato fue mal usado: no tenía agua suficiente y tampoco se abrió una válvula que era clave para evitar sobrecalentamientos. El resultado: le quemaron el cuero cabelludo.

Rubén Peña, peluquero profesional, advierte del gran error al teñirse el  pelo:

A pesar del dolor, los peluqueros no detuvieron el proceso de inmediato. Cuando la nena se quejó, le sacaron el secador, pero se lo volvieron a poner. Más tarde se comprobó que sufrió una quemadura grave tipo B en la zona occipital, afectando todas las capas de la piel. No sólo hubo intervención quirúrgica, también injertos de piel del muslo derecho y cicatrices permanentes.

Este caso no quedó solo en lo civil. En el fuero penal, los peluqueros fueron condenados a prisión condicional e inhabilitados por un año. El juez dictaminó que actuaron con negligencia, imprudencia e impericia.

Durante el juicio civil, se sumó otro actor clave: el fabricante del secador de pelo. Un peritaje técnico confirmó que el aparato no tenía mecanismos de seguridad como un tope de temperatura o límite de tiempo. Además, no se brindaron instrucciones claras ni capacitación para un uso seguro. El perito fue tajante: “Incluso usado normalmente, este equipo era riesgoso”.

Con estos elementos, la Cámara resolvió que la responsabilidad no era sólo de la peluquería, sino también del fabricante, en partes iguales y de forma solidaria. Es decir, cualquiera de los dos deberá afrontar la totalidad del pago si el otro no lo hace.

La suma total de la indemnización asciende a $11.050.000. Se reconocieron daños por:

  • Incapacidad física del 33%: $6.000.000

  • Daño moral por el sufrimiento y las secuelas: $5.000.000

  • Gastos médicos (daño emergente): $50.000

La Justicia también ordenó que se informe al Ministerio de Economía sobre el modelo del secador, para que tome las medidas que considere necesarias.

Este caso deja una enseñanza clara: un simple error en una peluquería puede tener consecuencias irreparables, y tanto los prestadores de servicios como los fabricantes deben garantizar condiciones seguras. Porque cuando te sentás en una silla para que te cuiden, no esperás salir con el cuero cabelludo dañado de por vida.

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