

¿Por qué sentís las manos y los pies fríos incluso cuando no hace tanto frío? Puede parecer algo menor, pero hay un motivo por el que el cuerpo hace eso. Y entenderlo a tiempo puede evitarte un problema más serio.
Quedate, porque al final te contamos cuándo hay que consultar al médico y qué hacer para cuidar tus extremidades en invierno.
Cuando baja la temperatura, el cuerpo busca proteger los órganos vitales y para eso reduce el flujo de sangre a las extremidades. Así es como manos y pies se enfrían. Pero si esa sensación aparece todo el tiempo o sin motivo aparente, puede ser una alerta.
Según la Cleveland Clinic, si tenés las extremidades frías sin estar en un ambiente frío, podría haber algo más de fondo. Las arterias se contraen, la sangre llega con menos fuerza, y eso puede generar entumecimiento, dolor o cambios de color en la piel.
Otras causas: Diabetes, lupus, esclerodermia, medicamentos vasoconstrictores, entre otros.
Cuando el frío en las manos o los pies viene con dolor, coloración extraña, úlceras o cosquilleo, no es normal. Puede tratarse del Síndrome de Raynaud, una condición donde los vasos de los dedos se cierran de golpe por el frío o el estrés.
La Mayo Clinic explica que, en estos casos, los dedos se ponen blancos, después azules y luego rojos al volver el flujo. A veces, el problema se extiende a nariz, labios o orejas. Y si no se trata, puede haber hasta necrosis.
Hay dos tipos de Raynaud:
Primario: más común, sin causa clara.
Secundario: más grave, asociado a otras enfermedades como artritis o lupus.
Si sentís las manos o los pies fríos todo el tiempo, incluso en verano o en lugares cerrados, no lo dejes pasar. Consultá si hay:
Dolor
Cambios de color
Hormigueo
Pérdida de sensibilidad
Según la Mayo Clinic, si tenés una herida que no cicatriza o una infección en los dedos, no esperes: es momento de ir al médico.
No subestimes la temperatura. Usá guantes térmicos, evitá cambios bruscos y, aunque suene exagerado, ponete guantes hasta para sacar algo del freezer. En invierno, las extremidades frías son más comunes, pero no siempre son inocentes.