

¿Y si te dijeran que Einstein nunca fue malo en matemáticas, que los cascos vikingos no tenían cuernos, y que Napoleón no era petiso? Parece mentira, pero no. Lo que muchas veces asumimos como parte de la historia, en realidad forma parte de otra cosa: el mito.
El imaginario colectivo está lleno de relatos que pasaron de boca en boca, de generación en generación, y que, aunque los repitamos sin dudar, no son ciertos. Este artículo desarma varias de esas historias que moldearon la memoria colectiva sin estar respaldadas por la historia real.
Lo pintan como el ejemplo del "tipo petiso y agrandado", pero Napoleón Bonaparte medía 1,68 metros, lo normal para su época. El mito nació por un error de conversión entre medidas francesas e inglesas… y también por propaganda británica. Le inventaron lo de "enano" para hacerlo ver menos imponente.
¿Escuchaste que Albert Einstein era malísimo para los números? Puro verso. A los 15 ya sabía cálculo diferencial. Lo que sí reprobó fue un examen… pero no por matemáticas, sino por otros temas que no había estudiado. La historia lo muestra como uno de los físicos más brillantes de todos los tiempos, y los documentos lo confirman.
La imagen de mujeres ardiendo por brujería en Salem no tiene sustento. En 1692, murieron 20 personas, pero fueron ahorcadas o aplastadas con piedras. Las hogueras eran comunes en Europa, no en Nueva Inglaterra. A veces, mezclamos lugares y épocas, y eso alimenta los mitos.
Según relatos confiables, Nerón ni siquiera estaba en Roma cuando arrancó el incendio del año 64. Volvió después para ayudar. Lo de la lira fue inventado más tarde, y ni siquiera hay pruebas de que ese instrumento existiera en ese momento.
La famosa batalla de las Termópilas fue protagonizada por Leónidas y sus 300 espartanos, sí… pero también por miles de aliados griegos. Se estima que entre 5.000 y 11.000 griegos pelearon juntos contra los persas. Pero claro, decir “300” queda más épico.
Otro invento: los vikingos no usaban cascos con cuernos. No hay pruebas arqueológicas de eso. Fue una idea del siglo XIX, usada en óperas y teatro para hacerlos parecer más salvajes.
Los romanos no se provocaban el vómito para seguir comiendo. El "vomitorium" era la salida de los estadios, diseñada para que la gente saliera rápido. Otro error de interpretación que terminó como relato popular.
El famoso paseo desnudo de Lady Godiva es más cuento que hecho. No hay pruebas de que haya pasado. Apareció en textos dos siglos después de su muerte. Pero como historia de rebeldía, pegó.