Te pasa seguido: hervís arroz blanco, seguís todos los pasos, pero igual te queda apelmazado, pastoso, lejos de ese punto suelto y esponjoso que buscás. ¿El truco? Un toque de vinagre. Y no, no es un invento nuevo: es una técnica vieja, que la usan desde hace siglos en Japón, y hoy la respaldan estudios científicos.

En esta nota te explico cómo cocinar arroz blanco que quede suelto y firme, usando un ingrediente que tenés en tu casa. Vas a entender cómo funciona, qué vinagre usar, cuánta cantidad, y qué otros beneficios trae.

El truco que cambia todo: agregar vinagre al agua

Cuando cocinás arroz blanco, lo común es que los granos se peguen por culpa del almidón. El vinagre, gracias a su ácido acético, rompe esa estructura pegajosa. ¿El resultado? Granos separados, con buena textura y sin engrudo.

En Japón, esto se hace desde siempre. El arroz para sushi lleva vinagre para que quede firme. Y no es casualidad: el Instituto de Nutrición de la Universidad de Chile lo explica claramente —el ácido ayuda a conservar la forma de los granos cocidos.

Además, según Harvard Medical School, el vinagre cambia cómo se digiere el almidón. Al enfriarse, el arroz desarrolla almidón resistente, lo que mejora la digestión. Y como explica la nutricionista Dawn Jackson Blatner en el New York Times, eso también ayuda a que el arroz no se vuelva una masa pegajosa.

Qué vinagre usar y cuánto

Podés usar cualquiera: vinagre de arroz, blanco o de manzana. Lo importante es no pasarse. Por cada taza de arroz, agregá entre 1 y 2 cucharaditas de vinagre al agua de cocción. No te va a cambiar el sabor, pero sí va a mejorar la textura y la conservación.

Paso a paso: cómo cocinar arroz blanco con vinagre

1. Lavate bien el arroz. Enjuagalo con agua fría varias veces hasta que el agua salga clara.

2. Medí bien el agua. Usá dos tazas de agua por cada taza de arroz.

3. Agregá el vinagre. Entre 1 y 2 cucharaditas por taza de arroz.

4. Cociná a fuego bajo. Una vez que hierva, bajá el fuego y tapá.

5. Dejalo reposar. Cuando se absorba el agua, apagá el fuego y dejalo tapado 10 minutos. Eso lo deja suelto de verdad.

Más que textura: otros beneficios del vinagre

• Conservación: dura más tiempo sin echarse a perder.

• Digestión lenta: te da saciedad y ayuda al intestino.

• Menor impacto glucémico: ideal si querés cuidar el azúcar en sangre.

• Sabor mejorado: realza sin invadir.

Cocinar arroz blanco con un toque de vinagre es un truco fácil, barato y 100% útil. Lo mejora todo: textura, sabor, conservación y hasta tu digestión. Si querés que te salga bien siempre, este es el paso que no te puede faltar.