

¿Te imaginás vivir donde el tiempo pasa más despacio para tu cuerpo y tu mente? En Bolivia, una comunidad indígena llamada tsimane está revolucionando la ciencia con un secreto que podría cambiar lo que sabemos sobre el envejecimiento.
Los tsimane, habitantes originarios de la Amazonía boliviana, llevan una vida sencilla y natural basada en la agricultura, la pesca y la caza. Pero lo que más llama la atención es que envejecen más lentamente que el resto del mundo, según recientes investigaciones científicas.
Un estudio publicado en 2023 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences reveló que las personas mayores de esta comunidad tienen hasta un 70% menos de desgaste cerebral que adultos de la misma edad en países como Japón o Estados Unidos. Además, The Lancet informó que un tsimane de 80 años tiene una salud vascular similar a la de un estadounidense de 55 años. Esto quiere decir que sus corazones y arterias se mantienen casi jóvenes pese al paso del tiempo.
¿Cómo es posible? Según las investigaciones, la clave está en su estilo de vida. Los tsimane comen alimentos cultivados o recolectados por ellos mismos, con una dieta baja en grasas (solo un 14%), rica en fibras y carbohidratos naturales. Además, no fuman ni consumen alcohol, y caminan entre 10 y 12 kilómetros todos los días.
Estas costumbres hacen que sus niveles de colesterol, presión arterial y azúcar en sangre se mantengan saludables, y que tengan muy poca arteriosclerosis, una enfermedad que en el mundo moderno causa infartos y problemas cardíacos. De hecho, un estudio en el hospital de Trinidad (Beni) mostró que el 87% de los tsimane mayores de 70 años no tenía señales de esta enfermedad.
El antropólogo Hillard Kaplan, uno de los científicos que lidera estas investigaciones, destaca que incluso comparados con japoneses que llevan dietas muy bajas en grasas, los tsimane tienen menos desgaste arterial. Esto confirma que vivir en contacto con la naturaleza, con ejercicio diario y una dieta natural puede ayudar a retrasar el envejecimiento.
Los expertos ven en estos hallazgos un ejemplo para pensar cómo cuidar mejor la salud en las ciudades, aunque adaptar este estilo de vida urbano es todo un desafío. Pero la historia de los tsimane abre una puerta a entender cómo el cuerpo puede mantenerse sano más tiempo, y que el envejecimiento no tiene que ser sinónimo de deterioro inevitable.
Mientras tanto, esta comunidad sigue su ritmo tranquilo en la Amazonía boliviana, cultivando, cazando y caminando entre la selva, demostrando que envejecer más lento es posible si vivimos en armonía con la naturaleza.