lunes 14 de julio de 2025 - Edición Nº5221

Policiales | 15 Jul

Descontrol total en el cruce de Ruta 2 y Ruta 215: miedo por las picadas en las afueras de La Plata

¿Qué pasa todos los domingos en el cruce de Ruta 2 y Ruta 215, a la altura de Etcheverry? Quienes viven o transitan por ahí ya lo saben, y muchos ni se animan a acercarse.


¿Qué pasa todos los domingos en el cruce de Ruta 2 y Ruta 215, a la altura de Etcheverry? Quienes viven o transitan por ahí ya lo saben, y muchos ni se animan a acercarse. Pero esta vez la escena fue demasiado: más de 500 motos y 100 autos coparon la banquina para correr picadas, hacer acrobacias y meter ruido sin que nadie los pare.

El punto de encuentro, que queda en una de las afueras de La Plata más transitadas, se volvió una pesadilla para vecinos y automovilistas. Las imágenes que circularon este domingo lo dicen todo: gente parada en el borde del asfalto, vehículos a toda velocidad, y cero presencia policial. Un combo que puede terminar muy mal.

“Llamé al 911 y no me dieron pelota. Esto se está repitiendo todos los domingos”, contó un vecino mientras mostraba fotos y videos del caos.


El cruce que preocupa cada vez más


El cruce de Ruta 2 y Ruta 215 no es un lugar cualquiera. Es una zona clave de acceso a La Plata, por donde pasan miles de personas a diario. Y aunque muchos solo quieren llegar a su casa o ir a laburar tranquilos, se encuentran con un panorama que mete miedo: autos y motos haciendo maniobras peligrosas, en plena vía pública.

Desde Aubasa, la empresa que gestiona parte de las rutas bonaerenses, dijeron que no pueden intervenir porque ese tramo no está bajo su control. “Es jurisdicción local”, explicaron. Aun así, emitieron una orden de servicio para evitar que el desmadre se traslade a zonas concesionadas.


¿Y la policía?


Esa es la gran pregunta. Mientras los vecinos reclaman controles, presencia del Estado y sanciones para los que ponen en riesgo la vida de todos, la situación se repite sin consecuencias. Y muchos temen que la próxima crónica no sea solo de descontrol, sino de una tragedia.

El pedido es claro: que alguien se haga cargo. Porque las picadas no son un juego, y menos cuando se hacen en un lugar tan transitado como el cruce de Ruta 2 y Ruta 215.

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