

En el inicio de las vacaciones de invierno, las emociones en el partido entre San Lorenzo y Gimnasia no se tomaron descanso.
En el contexto de un partido sumamente entretenido, con llegadas claras en los dcos arcos, tiros en los palos y travesaños y goles anulados, el Lobo terminó empatando cero a cero con San Lorenzo y dejó una imagen de esperanza.
Con decisión y atrevimiento, Gimnasia se paró de igual a igual.
El Ciclón se hizo cargo de su localía y con la obligación de ofrecer respuestas ante la exigencia de sus hinchas tomó las riendas del partido.
El equipo local manejó mejor y durante más tiempo la pelota tratando de buscar espacios en a las espaldas de Silva Torrejón con la movilidad de Cerutti. Pero el Lobo esperó, dejó pasar el sacudón de los primeros cinco minutos y comenzó a soltarse. Recién entonces pudo explotar la verticalidad de Jeremías Merlo, la movilidad de Sosa y el manejo de pelota de Zalazar.
Después del cuarto de hora, el Lobo había podido cambiar el rumbo de las acciones, nunca se dejó acorralar y ya demostraba que de contragolpe podía lastimar. Pasaba la mitad de la cancha, pero fallaba en la estocada final, ya que otra vez los jugadores estuvieron imprecisos con la pelota. El Ciclón, además, se abloqueló muy bien en la defensa y cada vez que Zalazar entraba al área por la derecha o Alan Sosa o Merlos lo intentaban hacer pro la izquierda, había por los menos dos jugadores encima de ellos.
San Lorenzo buscó siempre con Cerutti como arma de peligro, y el ex jugador de Estudiantes se encargó de probar en varias ocasiones a Insfrán con disparos desde afuera del área.
Con el correr de los minutos, nuevamente el arquero Insfrán se fue erigiendo como una de las figuras del Lobo, ya que San Lorenzo terminó generando muchas llegadas, a pesar de que al Lobo le anularon un gol de Maximiliano Zalazar por posición adelantada.,
El ingreso de Manuel Panaro en el segundo tiempo le permitió al Lobo asfixiar al Cuervo en los primeros instantes del partido y con llegadas por derecha y por izquierda sumó méritos para ponerse arriba en el marcador. Sin embargo, casi como un calco de lo que había ocurrido en el primer tiempo, los locales terminaron mejor en la cancha, ya que los cambios que impulsó el técnico del equipo local renovaron el ataque y de no ser por el travesaño y por Insfrán, el Ciclón hubiese ganado el partido.
De este modo, el Lobo apenas mejoró en el juego, pero volvió a mostrar la misma actitud sofocante para animarse a atracar con resto físico que había tenido en el primer partido del torneo.
De menor a mayor y apelando a una vieja y trillada frase, en el próximo partido, la “tercera” es la vencida…