En una noche cargada de tensión y emociones en el Estadio UNO, Estudiantes de La Plata logró una agónica pero merecida victoria 2-1 frente a Huracán, y puso fin a una racha de 13 partidos sin ganar en el torneo local. El triunfo no solo trajo alivio en lo numérico, sino que también funcionó como un salvavidas para Eduardo Domínguez, cuyo futuro había quedado en duda tras las declaraciones del presidente Juan Sebastián Verón la semana pasada.

El partido comenzó cuesta arriba para el "Pincha", que a los tres minutos ya perdía por un gol de Fabio Pereyra tras una pelota parada. La primera mitad fue un reflejo de un equipo desorientado, sin ideas ni energía, presionado por un público que pedía reacción.

Pero el cambio táctico en el segundo tiempo resultó clave: Domínguez sacó a Funes Mori, de floja actuación, y apostó por el colombiano Edwuin Cetré, quien respondió con una actuación estelar. A los 65 minutos, Cetré igualó con una chilena fantástica, y cinco minutos más tarde asistió con precisión a Alexis Castro, que selló el 2-1 definitivo con un cabezazo certero.

Desde allí, Estudiantes defendió con inteligencia y hasta tuvo chances de aumentar el marcador. El resultado final no solo cortó una racha negativa histórica, sino que reconectó al equipo con su gente, devolviendo esperanza en un momento decisivo del campeonato.

Por el lado de Huracán, el equipo de Frank Kudelka mostró solidez durante buena parte del encuentro, pero terminó pagando caro la falta de recambio y la ausencia de figuras como Mazzanti y Pellegrino. El Globo se va con las manos vacías, pese a haber dominado durante más de una hora