

¿Te cuesta dormir y ya no sabés qué probar? Un nuevo estudio internacional acaba de revelar algo que puede cambiar tus noches: hay tres ejercicios que son realmente eficaces para combatir el insomnio. No es cualquier dato, lo publicó la revista BMJ Evidence-Based Medicine y lo lideró un equipo de la Universidad de Medicina China de Beijing. Pero lo más importante es esto: son actividades simples, accesibles y que podés hacer sin gastar un peso.
Entonces, ¿cuáles son? ¿Funcionan de verdad? Y sobre todo: ¿vale la pena intentarlo?
El estudio analizó 22 ensayos clínicos con más de 1.300 personas adultas con insomnio. De todas las intervenciones físicas, tres ejercicios se destacaron por encima del resto:
Yoga: las personas que practicaron yoga durmieron casi dos horas más por noche. También tardaron menos en dormirse, se despertaron menos veces y su sueño fue más profundo. El dato fuerte: mejoraron su eficiencia del sueño en un 15%.
Tai Chi: esta técnica milenaria también hizo que la gente durmiera casi una hora más por noche. Pero no solo eso: los beneficios se mantuvieron uno o dos años después de haber terminado la práctica. No muchos tratamientos logran eso.
Caminar o trotar: si lo tuyo es salir a moverte, vas bien. Este tipo de ejercicio ayudó a reducir la gravedad del insomnio, mejoró el ánimo y la concentración durante el día. En resumen: se duerme mejor y se vive mejor.
El equipo detrás del estudio explicó algunas razones científicas que tienen sentido:
El yoga combina respiración, relajación y conciencia corporal. Todo eso baja la ansiedad y mejora la calidad del sueño.
El Tai Chi calma el sistema nervioso y ayuda a que el cuerpo entre en “modo descanso”.
Caminar o trotar gasta energía, baja el estrés y sube la melatonina (la hormona del sueño). Resultado: más sueño profundo.
Esto no es un consejo al pasar. Los resultados se publicaron en BMJ Evidence-Based Medicine, una revista científica seria. El estudio fue liderado por Zhi-jun Bu y Zhao-lan Liu, y revisó datos concretos: horas de sueño, calidad, síntomas de insomnio, entre otros.
Si bien la terapia cognitivo-conductual sigue siendo el tratamiento más fuerte según la evidencia, muchos no tienen acceso por el costo o falta de especialistas. Por eso, estas alternativas como el yoga, el Tai Chi o salir a caminar ganan protagonismo: son baratas, no tienen efectos secundarios y cualquiera puede empezar.
No necesitás ser experto ni hacer grandes cambios. Podés arrancar de a poco:
Un par de caminatas de 30 minutos por semana.
Clases de yoga o Tai Chi por YouTube.
Un rato a la mañana o antes de dormir para moverte y bajar un cambio.
La clave es sostenerlo. Según el estudio, los efectos se notan a partir de las 4 semanas.