

¿Qué pasó con el dirigente que le votó en contra al presidente de AFA y ahora quiere lo mismo para su club? Algo que parecía una contradicción ya está en marcha y muchos hinchas cordobeses lo están empezando a notar.
En octubre pasado, Claudio ‘Chiqui' Tapia se aseguró su continuidad al frente de AFA con una jugada polémica: eliminó descensos, reformó el estatuto y adelantó las elecciones. Solo un club se opuso: Talleres, con el voto de Rodrigo Escribano, enviado directo de Andrés Fassi. A esa movida se sumó una presentación en la IGJ para frenar la asamblea, impulsada desde el entorno libertario de Javier Milei.
Pero ahora, el propio Fassi avanza con una reforma muy parecida, y casi sin ruido. Este domingo, en una asamblea favorable, se votará un nuevo estatuto para Talleres que le permitiría ser presidente hasta por cinco mandatos seguidos. Sí, 20 años al frente del club. La movida, que se cocina en silencio, deja al club como el único en el país con una norma así.
¿Y la democracia interna? La reforma incluye requisitos casi imposibles para quienes quieran competirle: seis años seguidos como socio y un patrimonio personal que represente el 5% del presupuesto anual del club. Traducido: casi dos millones de dólares. “Es un traje a medida para él y su familia”, contó una fuente del club. “Si no es él, será su hijo. Nadie más puede cumplir con todo eso”.
Desde el oficialismo, Miguel Cavatorta, vocero del club, dijo en la radio que “los socios decidirán si Fassi sigue o no”. Pero la realidad es otra: deciden 100 asambleístas que le responden.
La oposición ya hizo ruido. Daniel Quinteros, referente de la agrupación Más Talleres, llevó el tema a la Justicia. Pidió frenar la asamblea con una medida cautelar, pero el juez Pablo Pecchio la rechazó. Igual, la causa sigue abierta en la Inspección de Personas Jurídicas.
La bronca crece entre los socios que sienten que los dejan afuera de las decisiones. Muchos consultaron abogados especialistas en derecho deportivo. “Esto rompe la vida democrática del club”, dijo uno. “¿Desde cuándo para ser presidente hay que tener millones?”.
En paralelo, hay comparaciones inevitables. Mientras Fassi busca eternizarse, en Instituto se reformó el estatuto con más participación y control, durante la gestión de Juan Manuel Cavagliatto, el hombre de Tapia en Córdoba. “Los dos quieren reelección, pero uno incluyó a todos y el otro lo arma para él solo”, explicó un dirigente cordobés.
Andrés Fassi, además, no pasa desapercibido en el mundo político. En los últimos meses sonó para sumarse al espacio libertario. Tiene alto conocimiento público, al nivel de Schiaretti, Llaryora, Juez y De Loredo. Pero también genera ruido con decisiones que tensan tanto en el fútbol como en la política.
La asamblea de este domingo podría marcar un antes y un después para Talleres. Lo que muchos se preguntan es: ¿Fassi está construyendo un club moderno o su propio feudo?