

¿Estás pagando cobertura médica sin saber bien a qué accedés? No sos el único. En Argentina, muchos confunden obra social con medicina prepaga, y eso puede traer más de un dolor de cabeza. Pero entender la diferencia te puede ayudar a elegir mejor y reclamar con fundamento si algo no se cumple.
Las obras sociales son entidades que reciben aportes obligatorios de trabajadores y empleadores. Si trabajás en blanco, automáticamente una parte de tu sueldo va ahí. Están reguladas por las leyes 23.660 y 23.661, y cada una suele estar asociada a un gremio o sector laboral (como comercio, docentes, ferroviarios, etc.).
También los monotributistas tienen derecho a una obra social, aunque no tengan patrón. Y si sos jubilado o pensionado, probablemente estés afiliado al PAMI, que es la obra social más grande del país, con más de 5 millones de personas.
Desde 2025, algunas personas pueden derivar sus aportes directamente a una prepaga, sin que haya una obra social en el medio. Pero cuidado: eso no siempre es automático ni simple.
Las prepagas son empresas privadas que te venden planes de salud. Vos elegís cuál contratar y pagás una cuota mensual. Están controladas por la Ley 26.682 y la Superintendencia de Servicios de Salud. La plata sale directamente de tu bolsillo, a menos que hayas derivado tus aportes.
Podés contratarlas por tu cuenta o a través de una empresa, que negocia planes para sus empleados. Los precios varían según el plan, la edad y los servicios incluidos.
La gran diferencia está en los planes prestacionales. Las obras sociales suelen ofrecer un único plan. Las prepagas, en cambio, te dan varias opciones: más cobertura, más reintegros, más prestadores, habitaciones más cómodas y hasta cirugías estéticas.
Pero ojo: todas (obras sociales y prepagas) deben cubrir como mínimo el Programa Médico Obligatorio (PMO). Ese es el piso básico. Lo que pagás de más, te da extras.
Este es un punto clave donde también hay confusión. Las obras sociales no pueden cobrar extra si ya tenés una enfermedad al momento de afiliarte. Las prepagas sí, pero solo bajo ciertas condiciones.
No pueden inventar montos ni decidir solas. Solo la Superintendencia de Servicios de Salud (SSSALUD) puede decir si algo es una enfermedad preexistente, cuánto se puede cobrar y por cuánto tiempo. Si te quieren cobrar algo raro, podés reclamar.