

¿Te pasa que entrás a una habitación y te olvidás por qué? ¿O saludás a alguien y ya no sabés su nombre? No sos el único. Pero lo que pocos saben es que hay formas simples y efectivas de fortalecer la memoria, validadas por la ciencia. Y lo mejor: podés aplicarlas hoy mismo.
Investigaciones recientes, difundidas por National Geographic, reunieron técnicas científicas avaladas por expertos de universidades de EE.UU. para mejorar la memoria de forma práctica. Uno de ellos, el neurocientífico Charan Ranganath (Universidad de California), dice que olvidar no es un error, sino un filtro natural del cerebro para no llenarse de datos inútiles.
Pero… ¿cómo se entrena esa capacidad? Acá van seis claves basadas en neurociencia.
Antes de cualquier técnica, tenés que dormir bien, moverte y comer saludable. Así lo dice Michael Hasselmo, de la Universidad de Boston: el sueño ayuda a consolidar lo aprendido. Y el ejercicio mejora el flujo sanguíneo al cerebro. Sin esta base, nada funciona del todo.
Tu cerebro recuerda mejor lo que le resulta conocido. Asociá lo nuevo con algo que ya sabés o con una experiencia tuya. Si tenés que memorizar algo sin sentido (como números), usá trucos: acrónimos, canciones o frases ridículas. Todo vale si te lo hace recordar.
No es lo mismo leer cinco veces seguidas que repasar con intervalos. La repetición espaciada ayuda a que la info quede a largo plazo. Y si antes de buscar una respuesta intentás recordarla solo, tu memoria se fortalece. Esa “lucha” activa conexiones neuronales.
Decir las cosas en voz alta activa más zonas del cerebro. Te ayuda a fijar datos concretos, como listas o definiciones. Eso sí, no sirve tanto para ideas complejas. Pero para lo básico, es una gran aliada.
Cuantos más sentidos pongas en juego, más vas a recordar. Mirá bien el entorno cuando hacés algo importante. El color, el sonido o el olor del momento te pueden servir de anclaje después.
El clásico “palacio de la memoria” sigue vigente. Imaginate tu casa y ubicá en cada rincón lo que querés recordar. Cuando recorras ese lugar mental, los datos van a aparecer. Es simple y funciona.
Antes de una reunión, fiesta o evento, pensá qué querés recordar. Eso activa tu atención y le da más fuerza al recuerdo. Como dice Charan Ranganath: “No esperes guardar recuerdos gratis. Así no funciona”.
La memoria no es un misterio. Con hábitos sanos y estrategias simples, podés fortalecer la memoria y evitar esos olvidos que frustran. No es magia: es neurociencia aplicada.