

¿Una comida rica, rápida y sin prender el horno? Existe, y no solo eso: además es fresca, saludable y muy fácil de preparar. Pero antes de darte la receta, pensá esto: ¿cuántas veces abriste la heladera en verano sin saber qué comer que no te caiga pesado?
Bueno, esta nota resuelve eso de una. Y te vas a llevar una receta que vas a querer repetir todo el verano.
Porque combina lo mejor de dos mundos: la Ensalada de garbanzos con el sabor fresco de los langostinos. No necesitás cocinar casi nada, y en 15 minutos tenés un plato completo, liviano y lleno de sabor. Ideal para el almuerzo, para la vianda del laburo o una cena rápida sin culpa.
Para esta ensalada veraniega, vas a necesitar:
400 g de garbanzos cocidos (pueden ser en lata)
12 langostinos cocidos y pelados
½ cebolla morada
1 tomate grande
½ pimiento rojo y ½ verde
Aceitunas negras (a gusto)
Aceite de oliva, vinagre blanco, sal y pimienta
Hojas de albahaca fresca (opcional, pero le dan un toque)
Todo esto lo conseguís fácil en cualquier verdulería o súper.
Enjuagá bien los garbanzos si vienen en lata.
Si los langostinos están crudos, hervilos 3-4 minutos hasta que se pongan rosados. Después, pelalos.
Picá la cebolla en cubitos, el tomate en trozos y los pimientos en tiritas.
Mezclá todo en una fuente: garbanzos, langostinos, verduras y aceitunas.
Prepará una vinagreta con aceite, vinagre, sal y pimienta.
Aliñá la ensalada justo antes de servir.
Decorá con hojas de albahaca y servila bien fría.
Listo. Ya tenés una receta saludable que te resuelve la comida sin prender una sola hornalla más de lo necesario.
Como plato principal: para 2 personas.
Como entrada o acompañamiento: alcanza para 4.
Y si te sobra, la podés guardar hasta 2 días en la heladera en un tupper cerrado. Eso sí, mejor aliñarla al momento para que no pierda frescura.
Porque no solo es rica: te aporta proteínas, fibra, grasas buenas y pocas calorías. Cada porción tiene unas 290 kcal, lo que la hace perfecta si estás buscando comer más liviano sin pasar hambre.
Además, podés variar los ingredientes: cambiá los langostinos por atún, mejillones o lo que tengas, y sumale palta o huevo duro si querés hacerlo más potente.
Probala una vez y la vas a hacer todo el verano. Es práctica, rica, saludable y queda bien en cualquier contexto. Guardate esta receta, porque cuando no sepas qué comer, va a ser tu comodín salvador.