

¿Sabés qué puede pasar si sos de esas familias antivacunas que no quieren seguir el calendario obligatorio en Mendoza? Hace poco salió una nueva normativa que le puso un límite firme a quienes se niegan a vacunar a sus hijos. Pero, ¿cuál es el paso a paso, y qué consecuencias trae?
En Mendoza, el Estado ya no va a dejar pasar la negativa de los padres a vacunar a sus hijos sin actuar. La nueva norma publicada en el Boletín Oficial obliga a que, si los papás no quieren cumplir con las vacunas obligatorias, tengan 30 días para regularizar la situación. Si no, vienen las multas y hasta la denuncia policial.
El control lo van a hacer las escuelas, hospitales y cualquier funcionario público que se entere del incumplimiento. Por ejemplo, si un docente nota que un chico no tiene la vacuna obligatoria, debe avisar y darle ese plazo a la familia. Si después de 30 días la situación no se regulariza, se activan los mecanismos legales.
La denuncia pasa al Equipo Técnico Interdisciplinario y a las autoridades policiales o judiciales. Esto no es sólo para las escuelas, el personal de salud también debe reportar cualquier negativa a vacunar. Así, se intenta evitar que un pequeño grupo antivacunas —que, aunque minoritario, preocupa a las autoridades— ponga en riesgo la salud pública.
Además, la Dirección de Epidemiología de Mendoza hará un seguimiento mensual de estas denuncias para evaluar cómo evolucionan los casos y evitar la repetición de conductas que pongan en peligro a los chicos y a la comunidad.
¿Y qué pasa si no cumplís? Según el artículo 119 del Código Contravencional de Mendoza, la multa va desde 200 a 800 Unidades Fijas, o sea, entre 84 mil y 336 mil pesos. También pueden detener a los padres cinco días o hacerles cumplir tareas comunitarias en hospitales. En caso de reincidencia, las sanciones son aún mayores.
Importante: no sólo los padres están en la mira, también cualquier funcionario que no informe la situación puede ser sancionado con multas el doble de lo que recibiría un padre antivacunas. La idea es que nadie se haga el distraído.
Desde el Departamento de Inmunizaciones, Iris Aguilar explicó que la intención de la normativa no es castigar con multas altas, sino cuidar la salud de todos. La funcionaria destacó que los grupos antivacunas son muy pocos, aunque con posturas extremas.
Una razón frecuente de rechazo es que muchos padres jóvenes nunca vieron enfermedades graves como polio o sarampión y por eso creen que ya no existen. Pero justamente es la vacunación la que hizo que esas enfermedades estén controladas, explicó Aguilar en Aconcagua Radio.
Además, señaló que el seguimiento suele ser bueno en el primer año de vida del bebé, pero después, cuando ya hay más hijos o pasan los años, la atención baja y surgen dudas o descuidos que la nueva normativa busca corregir.
Esta regulación busca evitar que esas dudas pongan en riesgo la salud no solo de los chicos, sino de toda la comunidad mendocina.
Ahora, la pregunta queda abierta: ¿será suficiente esta normativa para frenar a los grupos antivacunas y evitar multas o detenidos? La respuesta la dará el tiempo, pero Mendoza ya dio un paso firme para proteger la salud pública.