

¿Alguna vez pensaste que la cáscara de palta, esa que siempre tirás, puede tener usos sorprendentes? Lo que parecía un simple residuo acaba de abrir un mundo nuevo gracias a investigaciones del Instituto Politécnico Nacional de México. Te contamos por qué la cáscara de palta es una alternativa útil que está ganando terreno en la cosmética, la agricultura y hasta en el control ecológico de plagas.
Primero, ¿qué tiene la cáscara de palta que la hace tan especial? El estudio reveló compuestos bioactivos como la epicatequina y el ácido clorogénico, que le dan propiedades antioxidantes y antimicrobianas parecidas a las del té verde y el cacao. Esto la convierte en un aliado natural tanto para la piel como para las plantas.
En cuanto a usos, la cáscara de palta se puede aprovechar de varias formas:
Fertilizante natural: Su alto contenido de potasio ayuda a mejorar el crecimiento de las plantas, promoviendo raíces fuertes, floración y frutos saludables. Cortada en trocitos o procesada en polvo, se mezcla con la tierra y aporta nutrientes que benefician el suelo y la vida microbiana.
Repelente ecológico: Gracias a sus taninos y compuestos aromáticos, aleja insectos molestos como hormigas y pulgones sin usar químicos tóxicos. Haciendo una infusión casera y aplicándola en huertos, podés proteger tus plantas sin dañar el ambiente.
Cosmética natural: La textura rugosa y sus antioxidantes hacen que la cáscara funcione como exfoliante o mascarilla facial casera. También se usa para enjuagues capilares que dan brillo y fuerza al pelo.
Además, la cáscara es una fuente de fibra y flavonoides, nutrientes que hidratan y nutren la piel, lo que abre la puerta a alternativas útiles para quienes buscan productos naturales y sustentables.
Ahora, una curiosidad: el ácido clorogénico, que también está presente en el café verde, no solo ayuda a la salud humana protegiendo el sistema cardiovascular y cerebral, sino que también potencia la fertilidad del suelo. Esto vuelve a la cáscara de palta mucho más que un desecho.
Pero, ojo: para aprovechar al máximo estas propiedades, la conservación de la palta es clave. Si la guardás en frío antes de tiempo, la fruta se pone dura y pierde calidad. Lo mejor es dejar madurar algunas a temperatura ambiente y otras en lugares frescos para consumirlas escalonadamente. Así, cuando estén listas, podés usarlas o aprovechar sus cáscaras para estos usos que te contamos.