

¿Te imaginás vivir más de un siglo y seguir con ganas de bailar y caminar todos los días? La historia de María Reolina, una mujer de 117 años que vive en Valença, Río de Janeiro, no solo sorprende por su edad, sino por la vitalidad que mantiene después de tanto tiempo. ¿Querés saber cómo lo hace y qué dice la ciencia sobre la longevidad saludable? Acá te lo contamos, y te vas a quedar hasta el final para descubrir qué podemos aprender de ella.
Nacida en 1908, María Reolina ha visto pasar casi toda la historia del siglo XX y lo que va del XXI. No es solo la mujer más longeva de Brasil, sino una candidata a la persona viva más vieja del mundo. A pesar de que el sistema informático de salud ni siquiera puede registrar su edad real porque supera el límite máximo permitido (110 años), ella sigue activa y llena de energía.
Su familia y quienes la cuidan destacan su rutina diaria llena de movimiento: camina, barre, baila, y siempre está activa. La enfermera que la atiende comenta que no tiene problemas de salud importantes, solo algunos medicamentos para la presión, algo común en personas mayores. Su hija también resalta su fuerza y alegría de vivir, orgullosa del legado de su madre.
Pero más allá de la historia de María Reolina, ¿qué podemos aprender para alcanzar una longevidad saludable y conservar la vitalidad en nuestra propia vida? Los expertos coinciden en que el secreto no está en vivir muchos años, sino en vivirlos con calidad y salud.
La ciencia indica que una alimentación rica en frutas y verduras, junto con ejercicio regular, es fundamental. Algunos famosos como Bryan Johnson llevan la longevidad a otro nivel con suplementos y tecnología, pero no hace falta llegar a tanto para vivir bien y muchos años.
El médico Peter Attia propone un plan sencillo llamado "decatlón del centenario", que consiste en mantener la fuerza y movilidad para que, cuando seas grande, puedas seguir haciendo cosas simples como levantar a tus nietos. En palabras simples: hay que entrenar hoy para no perder la vitalidad mañana.
Además, los especialistas distinguen entre “life span” (años vividos) y “health span” (años vividos con buena salud). El objetivo es que ambos vayan de la mano para que la longevidad sea también sinónimo de calidad de vida. Eso incluye cuidar el cuerpo, la mente, las emociones y el espíritu, desde chicos hasta grandes.
Por eso, la longevidad saludable no es un misterio ni un golpe de suerte. Es el resultado de hábitos que podes empezar a incorporar hoy mismo: comer bien, moverte, mantener relaciones sociales y cuidar tu mente y emociones.