

El sistema financiero argentino atraviesa un escenario crítico: financiarse con tarjeta de crédito o utilizar un descubierto bancario implica pagar más del 100% anual, mientras que los préstamos personales también muestran costos desorbitantes. En este marco, el Banco Central decidió ofrecer liquidez a los bancos mediante préstamos contra títulos del Tesoro de más de 60 días, buscando evitar que las entidades liquiden masivamente sus LECAP en el mercado secundario y derrumben su precio.
El objetivo oficial es contener las tasas y evitar una presión sobre el dólar en la previa de un calendario electoral cargado, con comicios en septiembre y octubre. Sin embargo, las tasas interbancarias llegaron a tocar el 81% anual a un día, un nivel que encendió alarmas por su potencial impacto en la licitación de deuda de esta semana.
Para los usuarios, un descubierto bancario ronda el 130% nominal anual y financiar el saldo de la tarjeta cuesta cerca del 110%, sumando IVA, seguros y comisiones. Esto significa pagar casi 14% mensual efectivo, un nivel cuatro veces superior a la inflación estimada.
Las empresas también sufren: con ventas en baja y costos financieros en alza, el stock inmovilizado se convierte en un “taxi financiero” que erosiona su capital de trabajo. Según el analista Salvador Vitelli, la cadena de pagos está retrasada y muchos intentan postergar pagos para no convalidar estas tasas reales tan elevadas.
En la jornada, la búsqueda de pesos llevó a ventas de divisas: el dólar MEP cerró en $1.323 y el CCL en $1.324, mientras que el blue bajó a $1.330. En el mercado mayorista, el dólar cayó $4,50 a $1.317,50, con un volumen operado de USD 530 millones, impulsado en parte por las liquidaciones del sector agroexportador.
En la Bolsa, el S&P Merval cerró con una suba moderada del 0,37%, destacándose Edenor (+4%) e IRSA (+3,1%). Los ADR en Nueva York también mostraron mayoría de alzas