martes 19 de agosto de 2025 - Edición Nº5257

Espectáculos | 19 Aug

Cuatro episodios, cuatro épocas y un mismo hilo conductor

Eyes of Wakanda: arqueología de poder y memoria en el corazón del MCU | VIDEO

11:12 |La nueva miniserie animada de Marvel no es un simple spin-off de Black Panther, sino una obra que combina espionaje, historia y mitología para expandir el legado wakandiano en clave política y cultural


Por: Jonatan Anaquin

Marvel sorprendió con Eyes of Wakanda, una de sus producciones más sólidas en los últimos años. Lo que parecía un spin-off animado menor se convierte en un relato de gran densidad, donde cada misión funciona como arqueología narrativa: un rastreo de objetos, símbolos y memorias que colocan a Wakanda en el centro de la historia global.

La serie propone un viaje en cuatro episodios, cada uno ubicado en un tiempo distinto —la Edad del Bronce, la Guerra de Troya, la China Ming y la Batalla de Adwa en Etiopía— donde los agentes wakandianos actúan como guardianes de reliquias de vibranium. Pero esas reliquias no son simples “MacGuffins”: son vestigios políticos, culturales y simbólicos que cargan con el peso de la memoria.


Wakanda y la memoria como arma


Lo más fascinante de la propuesta es su dimensión política. Mientras el cine de Black Panther defendía un trono, Eyes of Wakanda defiende un archivo. La nación africana no sólo protege su metal sagrado, sino que también custodia narrativas, resignifica mitos y disputa archivos históricos.

Cuando la serie inserta su relato en episodios fundacionales —de Creta a Troya, de K’un-Lun a Etiopía— no reescribe la historia, sino que la relee desde otro eje de poder. El mundo ya no gira alrededor de Occidente: gira alrededor de aquello que los pueblos preservan. Y Wakanda, aquí, preserva.


Cuatro relatos, una misma pulsión


  • En Creta (1260 a. C.), Noni, ex Dora Milaje, enfrenta a N’Kati, un agente rebelde de los Hatut Zeraze. Su lucha deja claro que la soberanía se paga con cicatrices, y que incluso el enemigo muere con convicción propia: “moriré libre”.

  • En la Guerra de Troya, el agente B’Kai se infiltra como Memnon, traiciona a Aquiles y le da muerte sabiendo dónde clavar la lanza. Aquí la serie muestra que la lealtad a la misión puede superar la lealtad a la amistad.

  • En la China Ming (1400 d. C.), Basha roba un artefacto en K’un-Lun y se cruza con Iron Fist (Jorani). Lejos de un enfrentamiento ciego, el capítulo se convierte en un gesto de cosmopolitismo wakandiano, donde se negocia y se explica antes que destruir.

  • En Adwa (1896), en plena victoria etíope sobre Italia, Wakanda cruza su destino con la historia real del continente. Allí aparece incluso una Pantera Negra del futuro, advirtiendo una catástrofe cósmica. El episodio funciona como síntesis temporal: la memoria hacia atrás es la condición de supervivencia hacia adelante.


Política, género y resistencia


La elección de escenarios no es caprichosa. La serie hace pie en Adwa, recordando que fue la única victoria africana decisiva contra el colonialismo europeo a fines del siglo XIX. Esa escena es, más que decorado, un statement político.

En paralelo, personajes como Noni cuestionan jerarquías internas: entre Dora Milaje y Perros de Guerra no hay obediencia ciega, sino diferencias de método y pertenencia. La serie le da agencia y decisión, sin forzar un “camino correcto” prefabricado.

El poder no se presenta sólo como fuerza militar, sino como inteligencia, vigilancia y archivo. Los Perros de Guerra funcionan como una CIA wakandiana, pero sin gadgets ostentosos: la herramienta es la memoria.


Animación con propósito


El trabajo visual es otro de los grandes aciertos. La animación pintada a mano ofrece texturas únicas y adapta su estilo según la época: terrosa en Creta, marmórea en Troya, caligráfica en China, polvorienta en Etiopía. La acción es clara, legible y poderosa, pero también se permite silencios que dejan respirar el mito.

A diferencia de otras producciones del MCU, no se apoya en cameos gratuitos ni en el fan service: aquí todo guiño tiene un propósito narrativo.

Eyes of Wakanda es breve pero ambiciosa: cuatro episodios de 30 minutos que logran lo que muchas producciones largas del MCU no consiguen. Combina espionaje, mitología e historia en un relato coherente, elegante y lleno de resonancias políticas.

Marvel acierta cuando entiende que sus universos no sólo valen por sus tronos, sino también por sus archivos y memorias. Esta serie expande el legado de Black Panther con una convicción clara: la verdadera soberanía está en la memoria que se preserva.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias