

¿Sabías que algunos bosques pueden ser mucho más poderosos contra el cambio climático de lo que imaginamos? No todos los árboles tienen el mismo impacto: los bosques jóvenes podrían ser la clave que necesitamos para frenar el calentamiento global. Según la Organización de las Naciones Unidas, las emisiones de gases de efecto invernadero están atrapando el calor del sol y haciendo que la Tierra se caliente más rápido que nunca. Pero, ¿cómo pueden ayudar estos bosques en este escenario?
Un estudio reciente revela que los bosques secundarios jóvenes, es decir, aquellos que se regeneran después de la tala de bosques maduros y tienen entre 20 y 40 años, capturan mucho más carbono que los rebrotes recién nacidos. De hecho, podrían remover hasta ocho veces más carbono por hectárea, posicionándose como una herramienta estratégica contra el calentamiento global.
Los investigadores construyeron mapas globales usando más de 100.000 mediciones de campo y 66 variables ambientales, como clima, suelo y topografía. Esto les permitió estimar la cantidad de carbono que los bosques jóvenes pueden almacenar en cada kilómetro cuadrado, identificando dónde su impacto sería más efectivo.
Según la investigadora Adriane Esquivel-Muelbert, de la Universidad de Birmingham: “Los bosques jóvenes juegan un papel crucial en la lucha global contra el cambio climático. La próxima COP30 en Belém, Brasil, es una oportunidad para que los líderes tomen decisiones clave”.
Los resultados muestran que no todos los bosques se comportan igual: los bosques húmedos tropicales alcanzan su mayor capacidad de captura alrededor de los 23 años, mientras que los bosques mediterráneos tardan casi 50 años en llegar a su pico y absorben menos carbono. Si 800 millones de hectáreas de bosques comenzaran a regenerarse en 2025, podrían eliminar hasta 20.300 millones de toneladas métricas de carbono para 2050. Retrasar esta acción reduciría su potencial significativamente.
Además, proteger bosques secundarios jóvenes ya existentes puede ser más efectivo que iniciar nuevos. Un bosque de 8 años en la Amazonía brasileña podría remover un 36% más carbono entre 2025 y 2030 que uno recién plantado. Sin embargo, estos bosques enfrentan riesgos: en América Latina, son hasta diez veces más propensos a desaparecer que a sobrevivir, y la mitad de los bosques secundarios en la Amazonía se pierde en sus primeros ocho años.
Los autores del estudio también advierten que los mecanismos actuales de financiamiento forestal suelen excluir a los bosques jóvenes, ignorando su gran potencial de captura de carbono. Esto representa una oportunidad perdida para combatir el calentamiento global de manera efectiva.
En resumen, los bosques jóvenes no son solo árboles creciendo: son aliados estratégicos en la lucha contra el cambio climático. Protegiéndolos y fomentando su regeneración podemos acelerar la eliminación de carbono de la atmósfera y contribuir a un planeta más estable.