viernes 22 de agosto de 2025 - Edición Nº5260

Información General | 22 Aug

Espías nazis en Argentina: Nuevos rastros en la Patagonia

14:00 |¿Te imaginaste alguna vez que la Segunda Guerra Mundial dejó huellas en Argentina? Lo que parece un capítulo lejano de Europa, tuvo en realidad su versión local en las costas del sur del país.


¿Te imaginaste alguna vez que la Segunda Guerra Mundial dejó huellas en Argentina? Lo que parece un capítulo lejano de Europa, tuvo en realidad su versión local en las costas del sur del país. Y algunas de esas historias recién ahora salen a la luz, con nuevos rastros nazis que sorprenden hasta a los investigadores más experimentados.

En Bahía Blanca, el ingeniero alemán Gustav Monch se convirtió en un actor clave de la red de espionaje nazi en el país. Instalado en la zona desde los años 30, Monch recopilaba información sobre barcos británicos, estadounidenses y argentinos que llegaban al puerto. Con contactos estratégicos y el apoyo de infraestructura civil, lograba enviar datos cifrados a Alemania. Su habilidad para mezclarse en la sociedad local le permitió operar durante años sin levantar sospechas.

Nuevas pruebas del espionaje nazi en Argentina: mapas secretos, un espía en  Bahía Blanca y el misterio del Ussukuma - ArgenPorts

Trabajando en la vieja usina de Ingeniero White, cerca de Bahía Blanca, Monch tenía visión directa del puerto mientras mantenía la electricidad de la ciudad. Colaboró incluso con tripulantes del barco Ussukuma, un buque mercante alemán que arribó en 1939, llevando maquinaria y productos industriales. Aunque los vecinos especulaban sobre armas y secretos, oficialmente su carga era civil.

El investigador Abel Basti, especialista en el nazismo en Argentina, afirma que el Ussukuma operaba como apoyo del barco de guerra Graf Spee, perseguido por la flota inglesa en las Islas Malvinas. Documentos y mapas de la época muestran que Alemania tenía un interés estratégico en la costa argentina, señalando puertos y hasta zonas de ejercicios de submarinos, algunos cerca de la Patagonia.

Lo más misterioso es que tras semanas en el puerto, el Ussukuma partió y fue localizado por la Armada británica. Ante la imposibilidad de entregar el barco, la tripulación lo abandonó y lo hizo explotar. Así quedó para siempre un barco hundido en aguas argentinas, llevándose secretos, mapas y, quizás, pistas sobre rutas de submarinos nazis hacia Sudamérica. Algunos registros incluso sugieren que ciertos submarinos llegaron a Mar del Plata, Necochea y la Patagonia, reforzando la teoría de que Hitler pudo haber tenido conexión directa con la región.

El caso de Monch y del Ussukuma muestra que la historia del nazismo en Argentina no se limita a rumores: existen pruebas, mapas y documentos que confirman la presencia de agentes y operaciones en nuestras costas. Y lo que hoy encontramos solo es la punta del iceberg; aún quedan nuevos rastros nazis por descubrir que podrían reescribir la historia de la Segunda Guerra Mundial en Sudamérica.

Mientras tanto, la vieja usina donde operaba Monch se transformó en un centro cultural, llamado La Torre del Espía, y los secretos hundidos con el Ussukuma siguen descansando en el fondo del mar argentino, esperando que la próxima generación los redescubra.

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