

¿Alguna vez te preguntaste por qué los autos en Argentina son tan caros? La respuesta no es solo impositiva: tiene que ver con la escala industrial de la industria automotriz argentina. Este año, las ventas crecieron más del 70% frente a 2024 y casi un 40% si se comparan con 2023, y los expertos esperan llegar a unas 650.000 unidades, un crecimiento interanual del 57%. Pero, aunque suene mucho, todavía estamos lejos de los números de 2017 y 2018, cuando la producción superó las 800.000 unidades.
El problema está en la capacidad de las fábricas nacionales: Argentina tiene 11 plantas automotrices, pero solo Toyota trabaja a tres turnos. Hoy, la producción está al 50% de su capacidad, y si todas las plantas operaran al 100%, podríamos fabricar entre 1,1 y 1,2 millones de autos por año. Para dar una idea, la planta más grande del mundo, la de Hyundai en Corea del Sur, produce 1,5 millones de autos al año, con su propio puerto y metalúrgica interna. La diferencia de escala es enorme.
Federico Pieruzzini, CEO de Eximar, explicó que “el verdadero problema no son los precios, sino la baja escala de producción y la segunda escala del impuesto interno para autos de lujo”. Esto genera un efecto cascada: los autos generalistas y semi-premium también suben de precio, y así los autos caros siguen fuera del alcance de muchos.
Gustavo Micheli, exdirector de operaciones de Gestamp Argentina, coincide: “El problema de precios es la escala de producción. Fabricar 70.000 unidades por planta no permite amortizar los costos como en plantas más grandes de USA o Europa. Sin especialización y escala, los costos argentinos seguirán altos, aunque se bajen impuestos”.
Para mejorar, la industria automotriz argentina se está concentrando en modelos exportables. Ford fabrica solo la Ranger, Stellantis apuesta a las pick-up Fiat Titano y RAM Dakota, y Volkswagen renueva la Amarok. Renault prepara la Niágara para mercados regionales. Pero exportar sigue siendo caro: la carga impositiva argentina, entre 12% y 15%, limita la competitividad.
¿Esto podría abaratar los autos? Micheli lo explica claro: “Si duplicás la producción, el costo unitario baja. Pero para producir a tres turnos necesitás un mercado exterior que compre los autos, y hoy eso está limitado por los impuestos de exportación. Aumentar las ventas afuera bajaría los precios dentro del país también”.
En resumen, la clave para que los autos caros dejen de ser inaccesibles y que el costo argentino sea más competitivo está en aumentar la producción, mejorar la escala industrial y especializar la fabricación en modelos con demanda regional. La industria automotriz argentina está dando pasos en esa dirección, pero aún falta recorrer un buen trecho.