miércoles 3 de septiembre de 2025 - Edición Nº5272

Política | 1 Sep

El sacerdote que cambió el altar por la política

Juan Carlos Molina: del trabajo pastoral a la disputa electoral en Santa Cruz

El cura cercano a la familia Kirchner y con fuerte vínculo con el Papa Francisco será el primer candidato a diputado nacional por el peronismo en Santa Cruz. Con un discurso centrado en los pobres, los jubilados y los jóvenes, asegura que su decisión se definió frente a la tumba del Sumo Pontífice.


El sacerdote Juan Carlos Molina, nacido en Chillar pero radicado en Santa Cruz desde hace 25 años, decidió dejar en pausa su vida pastoral para encabezar la lista de Fuerza Santacruceña, la versión patagónica de Fuerza Patria. Conocido por su cercanía a Cristina y Alicia Kirchner y por su relación directa con el Papa Francisco, Molina busca dar el salto definitivo a la política nacional.

No es la primera vez que se involucra en este terreno: entre 2013 y 2015 estuvo al frente de la SEDRONAR durante el segundo mandato de Cristina Fernández. Sin embargo, ahora asegura que su candidatura se gestó de un modo singular: “El dedo que me definió fue el de los más pobres”, afirmó, recordando que la decisión la tomó en Roma, frente a la tumba de Bergoglio.

En el lanzamiento de su campaña, Molina se presentó con un tono combativo: “Voy a dar pelea por los viejos, por los pibes y por los que quieren estudiar. ¡Y viva Perón, carajo!”, expresó frente a la militancia. Su discurso apunta a defender a los sectores más vulnerables, desde los jubilados hasta los jóvenes criminalizados por la baja de imputabilidad.

La Iglesia argentina ya aclaró que se trata de una decisión personal y no institucional, pero Molina reivindica su camino evangélico: “El Evangelio es político”, sostiene, convencido de que su misión ahora pasa por la Cámara de Diputados. Incluso asegura que el propio Francisco, cuando asumió la Sedronar, le marcó dos principios irrenunciables: la opción preferencial por los pobres y la defensa de la vida en todas sus formas.

En cuanto a la coyuntura nacional, Molina no dudó en cuestionar al presidente Javier Milei: “Veo crueldad, odio, represión, injusticia, burla y abandono”. Desde esa mirada, se perfila como una voz de oposición con fuerte impronta social y religiosa.

Respaldado por su trayectoria en hogares de chicos, comunidades wichi y escuelas en barrios pobres, y por su vínculo histórico con el kirchnerismo, el sacerdote busca transformar su militancia pastoral en un proyecto político. En sus propias palabras, deja un espacio de comodidad para asumir una misión más dura: la de representar en el Congreso a quienes considera “los descartados del sistema”.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias