

¿Qué harías si una cámara de seguridad mostrara cómo un conductor atropella a un cachorro y sigue de largo, sin mirar atrás? Esa pregunta quedó flotando en Bahía Blanca, donde un caso de maltrato animal encendió la bronca y el debate en toda la ciudad.
Hace pocos días, una camioneta embistió a una cachorrita en un barrio residencial. Lo más doloroso no fue solo el golpe, sino la indiferencia: el conductor nunca frenó. El hecho quedó grabado en video y generó repudio inmediato en redes sociales.
La agrupación proteccionista Cuatro Patas difundió las imágenes y confirmó que radicó la denuncia en la Fiscalía Nº 2. En la grabación se ve a la perrita cruzando la calle, cuando la camioneta la atropella de lleno. Aunque el impacto es evidente, el conductor no se detiene. La perra queda tendida en el asfalto, intentando levantarse con dificultad.
Minutos después, vecinos y voluntarios llegaron a asistirla. La llevaron de urgencia a un centro veterinario, donde los estudios revelaron un cuadro complejo: antiguas fracturas en cadera y tibia derecha, sumadas a nuevas lesiones provocadas por el reciente atropello. Entre ellas, otra fractura de cadera, una nueva fractura en la tibia, fisuras y una deformidad en la cabeza femoral.
A pesar de la gravedad, los veterinarios mantienen la esperanza. “En tres semanas se evaluará si puede ser sometida a una cirugía de cadera”, explicaron desde Cuatro Patas. Hoy la cachorra está en un hogar de tránsito, recibiendo cuidados especiales y analgesia mientras se define su evolución.
Lo más polémico llegó después: la organización localizó al dueño del vehículo y lo notificó. Sin embargo, su respuesta sorprendió por lo fría. “Lejos de mostrar arrepentimiento o preocupación, contestó con prepotencia y desinterés”, señalaron desde la entidad.
Con esa actitud, Cuatro Patas decidió avanzar judicialmente para que el caso no quede impune. El atropello, la omisión de auxilio y el video son pruebas clave que podrían derivar en cargos por maltrato animal, contemplados en la Ley Nacional 14.346.
La difusión del hecho provocó una fuerte reacción social. Cientos de usuarios repudiaron al conductor y exigieron sanciones ejemplares. También hubo vecinos que se organizaron para colaborar con los gastos veterinarios, que son elevados por la complejidad de las lesiones.
“No es solo un accidente. Es humanidad: cualquiera que atropella a un ser vivo tiene la obligación de frenar y ayudar”, remarcaron desde la agrupación.
Mientras la cachorra pelea por recuperarse, el caso sigue sumando voces que reclaman un cambio cultural en Bahía Blanca. “Ella no puede hablar, pero nosotros sí podemos hacerlo por quienes no tienen voz”, cerraron desde Cuatro Patas.