

¿Sabías que hay detalles cotidianos en tu casa que funcionan como un verdadero imán para las arañas? La mayoría ni se da cuenta hasta que un día aparece una telaraña en la esquina del baño o un bicho corriendo por la pared. Y ojo: no siempre es por dejar una ventana abierta. Hay hábitos que, sin querer, terminan atrayéndolas.
En esta nota te contamos cuáles son esos errores comunes y qué hacer para que tu hogar no se convierta en el lugar ideal para estos arácnidos.
Las arañas no llegan de la nada. Se instalan donde encuentran humedad, refugio y comida (otros insectos). Si tu casa les ofrece esas condiciones, no van a dudar en quedarse. Por eso, la prevención es clave: mejor evitar que entren antes de tener que sacarlas.
Luces exteriores prendidas toda la noche
Dejar la luz prendida atrae insectos voladores y, con ellos, a las arañas que los cazan. La recomendación es usar luces con sensor o temporizador. Así reducís bichos dando vueltas y cortás la cadena alimenticia.
Humedad en el baño
Después de una ducha caliente, el vapor queda en el ambiente. Eso genera humedad, y ahí es donde las arañas se sienten cómodas. Solución: ventilar el baño, abrir ventanas o prender el extractor.
Muchas plantas de interior
Las plantas decoran, pero también dan escondites. Las arañas aprovechan las macetas y hojas para dejar huevos y armar telarañas. Revisá cada tanto y evitá acumular demasiadas en un mismo espacio.
Jardín desordenado y leña cerca
El desorden en el patio o las pilas de madera pegadas a la casa son refugios perfectos. Mantener el jardín limpio y guardar la leña lejos de la vivienda ayuda un montón.
Agua estancada
El agua parada trae mosquitos y hormigas. ¿Y quién los caza? Exacto: las arañas. Revisá canaletas, macetas y rincones húmedos para que no se acumulen charcos.
Falta de limpieza
La falta de limpieza es un imán asegurado. Polvo, objetos apilados y rincones olvidados son escondites ideales. Una rutina de limpieza regular y orden constante cortan el problema de raíz.
Ventilá los ambientes.
Limpiá seguido esquinas y rincones.
Revisá plantas, macetas y aleros.
Evitá la humedad y el agua estancada.
Y si ya notás demasiadas telarañas, podés llamar a un servicio de control de plagas. Es mejor actuar antes de que se multipliquen.