miércoles 3 de septiembre de 2025 - Edición Nº5272

Política | 3 Sep

Reacomodamiento en el Gabinete Nacional

Con la posible salida de Petri, el Ministerio de Defensa se convierte en la pieza más codiciada del tablero político

06:16 |La eventual llegada de Luis Petri a Diputados obligará a Javier Milei a definir quién quedará al frente del Ministerio de Defensa. Entre las opciones se barajan dirigentes con peso político, militares de carrera y funcionarias con respaldo en las Fuerzas Armadas.


La política argentina vuelve a moverse en clave de ajedrez. La posibilidad de que Luis Petri deje el Ministerio de Defensa para ocupar una banca en la Cámara de Diputados abre un interrogante crucial en la estructura de gobierno: ¿quién quedará a cargo de una de las áreas más estratégicas del Estado?

El oficialismo admite que, de confirmarse los buenos resultados electorales en octubre, a fin de año se producirán dos vacantes clave: Seguridad (Patricia Bullrich) y Defensa (Petri). Ambos dirigentes, figuras centrales de La Libertad Avanza, ya proyectan competir por las gobernaciones de sus provincias en 2027. Pero ese salto político obliga a Milei a mover fichas en un tablero que combina lealtades políticas, trayectoria militar y equilibrios internos.

En el caso de Defensa, los nombres que circulan muestran la diversidad de perfiles en disputa. Por un lado, aparece el senador cordobés Luis Juez, con experiencia en gestión y un vínculo estrecho con Milei. Su proyección política y mandato vigente en el Senado lo convierten en una carta fuerte.

Desde el ámbito castrense, el brigadier general Xavier Isaac, actual jefe del Estado Mayor Conjunto, encarna la opción técnica. Con sólidos lazos con Estados Unidos y protagonista en las negociaciones por los F-16 daneses, los Stryker y los P-3 Orion, es considerado clave por su conocimiento, aunque en su entorno insisten en que no desea asumir como ministro.

La gestión interna tiene otro nombre en carrera: Luciana Carrasco, jefa de Gabinete de Petri, respaldada por varios generales. Su rol en programas como familia militar y su manejo de la agenda cotidiana de Defensa la posicionan como una continuidad en la conducción.

También aparecen dirigentes ligados al PRO, como Guillermo Montenegro y Cristian Ritondo, aunque ambos negaron aceptar un cargo. Sus menciones responden más a la lógica de acuerdos políticos que a una decisión concreta.

Más allá de quién asuma, los desafíos serán inmediatos y complejos: pagos pendientes por armamento internacional, reclamos de IOSFA y crisis en Fabricaciones Militares y FadeA, puntos que exigen definiciones rápidas y capacidad de gestión.

La sucesión de Petri, entonces, no es solo un cambio de nombres: es un pulso entre la política, la técnica militar y los equilibrios de poder dentro de la coalición gobernante.

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