

El pasado 12 de agosto, un hecho inédito y preocupante sacudió la confianza de los apostadores en la Lotería Chaqueña. Durante el sorteo nocturno nº15003 y Poceada 2192, transmitido en vivo como es habitual para garantizar transparencia, se evidenció que la bolilla nº1 –la del primer premio– nunca fue depositada en el bolillero.
La irregularidad quedó registrada en la transmisión oficial. A los 20 minutos con 50 segundos, mientras se contabilizaban las bolillas, se observó que en el caño de descarga había 18 en lugar de 19, confirmando la ausencia. A los pocos minutos, el desconcierto se transformó en escándalo: personal de Lotería y el escribano reconocieron en voz baja que faltaba la bolilla nº1, lo que interrumpió el sorteo.
A los 22 minutos con 37 segundos, se escucha claramente la frase “hay que ponerla”, tras lo cual cortaron el audio ambiente. Luego, la transmisión mostró un cartel de “retomamos en breve” hasta que, casi diez minutos después, se reanudó con un cuadro negro y finalmente apareció el supuesto número ganador en el primer lugar: 1528.
Más allá del anuncio oficial, el procedimiento dejó en claro que el sorteo fue manipulado. Según la normativa, el escribano a cargo debe labrar tres actas: una sobre el extracto del sorteo, otra sobre el orden de salida y una tercera sobre las cajas, colores, precintos y colocación de cada bolilla. La gran pregunta es cómo se confeccionó el acta de depósito si la bolilla nº1 nunca estuvo dentro del bolillero.
Este hecho, único en la historia de Lotería Chaqueña, llega en un momento sensible: el Colegio de Escribanos ya había cuestionado a la institución por su “falta de cortesía” y por realizar convocatorias parcializadas en capacitaciones oficiales.
Hasta la fecha, ningún funcionario provincial ni autoridad de Lotería Chaqueña respondió a los intentos de comunicación para dar explicaciones sobre lo ocurrido. La credibilidad de los sorteos, y con ello la confianza de miles de apostadores, quedó seriamente comprometida.