

En el tramo final de la campaña bonaerense, Javier Milei eligió ser protagonista y concentrar su mensaje en dos ejes: la necesidad de votar y la defensa del núcleo duro de su espacio. El mandatario encabezó el cierre de La Libertad Avanza en Moreno, donde insistió en que la elección se encuentra en un “empate técnico” con el kirchnerismo, una definición que busca reforzar la idea de competitividad en el principal distrito electoral del país.
La preocupación central en Balcarce 50 no es solo el resultado, sino el ausentismo. Las encuestas internas, como la realizada por Aresco, anticipan un escenario de paridad, con LLA apenas dos puntos por debajo de Fuerza Patria. Sin embargo, el oficialismo interpreta que incluso una derrota ajustada sería una señal de fortaleza: “Cinco puntos abajo es un triunfo, imaginate un empate”, deslizó un funcionario cercano al Presidente.
En su discurso, Milei pidió a sus votantes que se acerquen a las urnas “como un acto de defensa personal” y volvió a marcar al kirchnerismo como el principal enemigo, apelando a consignas contra los “ñoquis, parásitos y chorros”. Además, defendió públicamente a su hermana y secretaria general, Karina Milei, tras la difusión de audios que la involucran en una presunta trama de coimas.
Lejos de mostrarse debilitado, el Presidente buscó capitalizar la polémica, denunciando operaciones políticas en su contra: “Se metieron con mi hermana. ¡Vaya que están asustados!”, lanzó desde el escenario. Esa línea fue replicada por dirigentes y militantes, que sostienen que el electorado libertario vota por Milei y no por sus colaboradores.
La campaña cerró en un club de Villa Trujui, en Moreno, un distrito marcado por la pobreza y la inseguridad. Allí, además de vecinos, se congregaron militantes llegados de otras localidades, pese a los temores de incidentes. Esa mezcla de entusiasmo y tensión refleja el clima con el que el oficialismo llega a una elección que definirá el futuro político inmediato de la gestión.