miércoles 10 de septiembre de 2025 - Edición Nº5279

Información General | 9 Sep

Cómo los agroquímicos afectan a las abejas y los ecosistemas

¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si las abejas desaparecieran de los campos argentinos? Este pequeño insecto, que parece insignificante, sostiene gran parte de nuestros ecosistemas...


¿Alguna vez te preguntaste qué pasaría si las abejas desaparecieran de los campos argentinos? Este pequeño insecto, que parece insignificante, sostiene gran parte de nuestros ecosistemas y la producción agrícola. Sin embargo, los agroquímicos podrían estar cambiando todo ese equilibrio de manera silenciosa.

En los campos de la Argentina, donde los cultivos se extienden por kilómetros, las abejas melíferas cumplen un papel clave: polinizan flores y ayudan a que la agricultura y los ecosistemas funcionen. Pero la exposición a agroquímicos amenaza este trabajo vital.

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Un estudio reciente de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), junto con investigadores del CONICET y del INTA, muestra cómo los agroquímicos impactan directamente en las abejas. “En los campos argentinos se usan agroquímicos masivamente. Las abejas, al polinizar, entran en contacto con estos productos, que se acumulan en la colmena y afectan a toda la colonia”, explicó Jorge Zavala, investigador de la FAUBA.


Polinización en riesgo


La polinización es mucho más que mover polen: es la base de la producción agrícola y la biodiversidad. Las abejas melíferas son las grandes protagonistas de este proceso, pero los agroquímicos como el glifosato afectan su capacidad para orientarse, comunicarse y recolectar alimento.

Ivana Macri, profesional del INTA y autora principal del estudio, detalló: “Estas sustancias alteran genes esenciales, debilitan las defensas de las abejas y dificultan tareas vitales como la higiene y la recolección de néctar”.


Consecuencias concretas


En pruebas de campo, los investigadores colocaron colmenas en distintos lotes y monitorearon a las abejas antes y después de aplicar agroquímicos. El resultado fue claro: los residuos químicos en el polen y en las abejas recolectoras generaron exposición múltiple, debilitando a toda la colonia.

Las abejas perdieron la capacidad de asociar olores de flores con recompensas y recolectaron menos alimento. Además, la alteración de genes vinculados al cerebro afectó el comportamiento social, reduciendo la eficiencia de la colmena. La calidad y diversidad del alimento disponible también se vieron afectadas.


Más allá de las abejas


El declive de estos polinizadores no solo impacta la agricultura, sino todo el ecosistema. Sin abejas, cientos de especies vegetales tendrían problemas para reproducirse, poniendo en riesgo la biodiversidad y la estabilidad ambiental.


Hacia un agro más consciente


Jorge Zavala advierte: “Si se afecta la capacidad de las abejas para recolectar alimento y transmitir información, la polinización a largo plazo se verá comprometida”. Por su parte, Ivana Macri asegura que continuarán investigando cómo los agroquímicos afectan a las abejas según su edad, función en la colmena y salud intestinal, clave para su inmunidad y nutrición.

El desafío está planteado: lograr un equilibrio entre producción agrícola y conservación de los ecosistemas será esencial para que abejas, agricultura y ambiente puedan seguir coexistiendo.

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